La interpretación de los movimientos

Silvia Ribeiro recoge la experiencia de traducción política que hizo posible uno de los grandes encuentros internacionales de La Vía Campesina.

Los y las delegadas son gente de base, campesinos y campesinas, indígenas, pastores y pescadores artesanales, con una diversidad cultural y lingüística enorme. Toma la palabra una campesina de India y habla en tamil, le pasa el micrófono a un campesino polaco que habla en su idioma y se lo entrega a una apicultora chilena que sigue el debate en castellano y lo devuelve a un campesino de Mozambique que responde en portugués.

Casi todos los participantes siguen escuchando en sus idiomas, parece mágico. En esta conferencia la interpretación simultánea cubrió entre 10 y 17 idiomas a la vez, según la sesión: castellano, euskara, francés, portugués, árabe, ruso, coreano, chino, japonés, bahasa Indonesia, vietnamita, turco, thai, tamil, hindi y bimbi. También habían previsto singalá de Sri Lanka, pero los delegados no pudieron llegar porque no obtuvieron visa.

No se trata solo de interpretación en las sesiones plenarias: también en los grupos de trabajo por temas, en reuniones regionales y de coordinación. En todas las instancias se continúa con la interpretación simultánea, abriendo compuertas de expresión y participación inusitadas.

Por detrás de este malabarismo lingüístico hay más de 50 intérpretes y traductores voluntarios, coordinados por el colectivo COATI : Colectivo para la Autogestión de las Tecnologías de la Interpretación.

“Nuestro objetivo es que no seamos necesarios” dicen Germán y Kate de Coati, ambos fundadores del colectivo, cuando consigo que se sienten un momento a tomar un café y contarme su experiencia. Se refieren al rol de Coati, no a la necesidad de interpretación. A la posibilidad de que los movimientos puedan autogestionar la organización de la interpretación y traducción, sin que ellos como coordinadores tengan que estar presentes.

La interpretación es fundamental para que la participación sea real y desde las bases, no intermediada por alguno de los idiomas coloniales que predominan, lo cual inhibe a las y los delegados a tomar la palabra, aún siendo líderes de sus movimientos. Por ello La Vía Campesina (LVC) ha cultivado esta construcción desde sus inicios y muchos de los intérpretes que estaban en la conferencia han estado presentes en otras conferencias globales y regionales. En LVC es una regla que todos los documentos a discutir o publicar por La Vía Campesina deben estar en castellano, inglés y francés, así como garantizar esta interpretación en las reuniones de su coordinación internacional, en las reuniones de las regiones dónde se requiera, y en las conferencias internacionales globales, que es la instancia más importante de decisión política, organizativa y estratégica del movimiento y ocurre cada cuatro años. A esos tres idiomas, siempre han agregado la interpretación al idioma local de los anfitriones.

Llegar a la situación de diversidad que se logró en la VII conferencia ha sido un largo camino, junto a COATI y basado en la firme decisión política de construirlo.

Germán y Kate cuentan que la interpretación simultánea, que está disponible en Naciones Unidas (en los 6 idiomas oficiales de esas negociaciones) y en eventos privados, es una estructura comercial, cara y técnicamente complicada, en general prohibitiva a los movimientos, con equipos y organización muy costosa. En algunos encuentros de organizaciones internacionales, se contrata esa infraestructura comercial cuando pueden, lo cual come una parte importante de los recursos y además, luego del evento, no queda nada y hay que volver a contratar la próxima vez. Esto no depende solamente de que sea un negocio comercial, también de que las organizaciones no le dan atención suficiente, en general es apenas un escollo a superar al momento de tenerlo delante, sin pensar en el tema durante el resto del tiempo.

Un punto de quiebre en esta dinámica fue la iniciativa de un colectivo griego, que para el Foro Social Europeo que se realizó en Atenas en 2006, luego de aprender de las dificultades en otros ámbitos, dedicó un buen tiempo para diseñar una matriz tecnológica que facilitara la interpretación, es decir, para autogestionar la organización tecnológica de comunicación para la interpretación y pensar formas de trasmisión que fueran más accesibles y apropiables.

Aún hoy, dice Germán, esa es la matriz tecnológica en que nos basamos nosotros y otros colectivos que se están formando. En el Foro Social de Mumbai, otro colectivo había propuesto que en lugar de receptores especiales para interpretación, usaran radios FM, lo cual fue la base para popularizar esa parte del equipamiento necesario: puede ser cualquier radio FM y hasta teléfonos para recibir la señal, con los auriculares que siempre se usan. El colectivo griego también pensó en modelos de consolas para que se sienten los interprétes. COATI ha avanzado mucho en todo esto durante los años siguientes: han diseñado su propia “ Spider”, un equipo portable para reuniones más pequeñas, y cabinas ligeras que se pueden plegar y colocar sobre una mesa, en lugar de una estructura completa, difícil de trasladar.

El trabajo del intérprete es fundamental, pero igualmente esencial es pensar en la estructura tecnológica que hace posible la comunicación entre lenguas, para que cualquiera pueda hablar en un idioma y eso se trasmita a todas las cabinas y finalmente llegue a los que están escuchando.

Pensar esa estructura y cómo coordinar a los interprétes lo hace COATI, mientras que los intérpretes y traductores, que en el caso de LCV son voluntarios, llegan al momento de las conferencias. COATI necesita cobrar por su trabajo, porque la previsión, organización y las soluciones tecnológicas, son tarea de muchos meses, no sólo en el momento del evento.

La gran diferencia de la colaboración con Vía Campesina, dice Germán, es que LVC le da una gran importancia a que sus miembros puedan expresarse desde la diversidad y comunicarse con los demás, por lo que nos hemos ido desarrollando juntos. Vía Campesina mantiene comunicación con la redes de intérpretes y traductores todo el año, asigna personas encargadas de este tema y han adquirido los equipos, que van pasando entre reuniones, o cuando se puede, se quedan en el sitio, para que estén ya disponibles en la región, como ha sucedido en África, Asia, América Latina, Europa, Norteamérica.

En otras organizaciones, a veces compran los equipos, pero al no darle seguimiento al tema, se quedan bajo una mesa juntando polvo. Por eso, cuando no hay un nivel de organización como el de LVC, COATI previó un lugar almacenamiento de los equipos y consolas, para poder enviarlos a los eventos que lo necesitan.

“Pero lo mejor”, agrega Kate, “sería que cada movimiento cuide de esto, y nuestro papel podría reducirse a la organización de la comunicación en el sitio y organizar a los intérpretes”. Además, COATI, que está basado en Barcelona y alrededores –además de un miembro en Praga y otro en Polonia– han ido formando a otras personas, que van formando colectivos parecidos al suyo, como BLA y otros en construcción en varios países de Europa.

Porque la parte técnica es sólo un aspecto. “Trabajar con movimientos”, sigue Germán, “implica generar respeto y confianza mutua, porque la interpretación es un tema delicado, ha ocurrido que intérpretes que llegan incorporan cosas de su propia cosecha, generando conflictos. Nosotros tenemos nuestras propias ideas y actividades y aunque somos afines a las propuesta de LVC; entendemos que nuestro rol aquí es proveer lo que necesite La Vía Campesina”.

“Hay una relación mutua muy buena pero al mismo tiempo, está claro que no somos parte de la organización, ni campesinos. A veces gente que colabora solidariamente cree que por ello es parte de LVC, lo cual también genera conflictos, pero es claro que ese no es nuestro rol. Somos una especie de aliados de LVC y eso genera mucha satisfacción, tanto por el trabajo, pero porque vemos que con esa disposición se pueden crear muchas posibilidades, aquí y para otros movimientos”, explica Kate.

LVC tiene un enorme poder de convocatoria, por eso también llegan muchos intérpretes voluntarios. Pero se trata de trabajo duro, de muchos años de construcción.

“La Vía Campesina lo ha hecho, porque realmente valoran la participación democrática y de base, porque sin esto no pueden cumplir con los objetivos políticos de la organización, saben que sin la base, lo demás no tendrá fuerza”, dice Kate.

“La Vía Campesina va por delante de todos en muchos temas, y en este también”, agrega Germán.

Los integrantes de COATI vienen de movimientos ligados a la alimentación y soberanía alimentaria, entre otros “Reclaim the fields”, una organización de jóvenes a nivel europeo que reclaman tierras para poder ser campesinos. También recogen su experiencia e identidad de los movimientos por la autogestión y por software libre.

Ahora están trabajando sobre el concepto de “soberanía tecnológica”, basado en las mismas ideas base que el de soberanía alimentaria. “Estamos rodeados de tecnologías, las usamos permanentemente y están tan o incluso más monopolizadas por transnacionales, como la comida. Por eso todo lo que hacemos, desde los equipos a las formas de organización, son de código abierto, así otros pueden tomar esas ideas y adaptarlas a sus entornos y necesidades” explican.

“Por ello decimos que nuestro objetivo es ser prescindibles, difundir esas capacidades para que los movimientos se puedan organizar y potenciar la participación desde las realidades diversas y la comunicación desde abajo”.

Visto desde la séptima conferencia de LVC, la construcción es extraordinaria y emocionante y aunque en muchas oportunidades todos los asistentes aplauden a los intérpretes expresando un agradecimiento muy sentido por su trabajo, es en realidad un hilo invisible que nos une a todas y todos.

Silvia Ribeiro

Editado por María Piedad Ossaba

Publicado en BiodiversidadLA, fotografías BiodiversidadLA

Fuente:

Artículos relacionados: