Un año de Biden, cambios y permanencias

Las sanciones a funcionarios de Gobiernos latinoamericanos continuaron también con Biden, sobre todo para Venezuela, Cuba y Nicaragua.

A un año de la administración Biden hay claroscuros y varias críticas respecto a las expectativas que generó su triunfo. Es notoria la vuelta al multilateralismo, el trato distinto al del Gobierno de Donald Trump con sus “aliados históricos” (Europa y la OTAN), la vuelta al Acuerdo de París y a la OMS. Pero también continuidades, no sólo retóricas sino estratégicas, con respecto a China y Rusia como amenazas a la hegemonía estadounidense (en declive).

 

En cuanto a América Latina y el Caribe (ALC), el primer año de la administración Biden muestra elementos de un “retorno hegemónico” focalizado en la atención de la pandemia y la “geopolítica de la vacuna”. Pero muestra también tensiones como sucede con la migración, agravada por la crisis económica, la pandemia y el colapso climático.

Este informe pretende hacer un balance de las principales continuidades y diferencias entre éste y el anterior Gobierno en temas como la pandemia, países prioritarios, migración, así como del seguimiento de un año de viajes, llamadas, encuentros y diálogos de distintos miembros del Gabinete de Biden con sus contrapartes de ALC. También de las sanciones y restricciones hacia países como Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Un año de Biden

Se realizaron alrededor de 22 viajes a América Latina y el Caribe. Las principales visitas fueron de miembros del Departamento de Estado a México y al Triángulo Norte de Centroamérica. En Sudamérica destacan los viajes a Colombia.

Las llamadas telefónicas con presidentes y miembros de Gobiernos latinocaribeños también evidencian que México y Centroamérica están en el primer círculo de relevancia. De las aproximadamente treinta llamadas, destacan las que se hicieron con los presidentes de México, Triángulo Norte de Centroamérica, Colombia, justamente donde se están realizando cambios en las principales estrategias de seguridad y lucha contra el narcotráfico. En segundo nivel están Perú, Argentina, Ecuador y Paraguay.

Fuente: elaboración propia con datos del Departamento de Estado, enero 2021- enero 2022

El principal aspecto de relevancia para la administración Biden fue la migración, sobre todo desde Centroamérica y México, pero hacia finales del año 2021 la región mostró cambios en los patrones migratorios, aspecto que se entrevera con la pandemia y sus consecuencias.

Las sanciones a funcionarios de Gobiernos latinoamericanos continuaron también con Biden, sobre todo para Venezuela, Cuba y Nicaragua. Se sumaron varias sanciones a funcionarios de Paraguay, en consonancia con la estrategia global y regional contra la corrupción.

Precisamente la pandemia es otro de los temas centrales, desde la donación de vacunas a varios países latinocaribeños, en clara disputa con China y Rusia, pasando por la adopción de medidas a nivel nacional, subregional (con México y Centroamérica) y en instancias multilaterales como la OMS y ONU.

Reestructuración de políticas en el Gran Caribe

Según el informe Western Hemisphere Drug Policy Commission publicado en diciembre de 2020, se pretendía combatir al narcotráfico mediante otras estrategias, fortaleciendo la asistencia militar-policial e implementando más mecanismos contra la corrupción.

  • México: se planteó retomar el Diálogo de Alto Nivel Económico (DANS). Abordó tres ejes: seguridad regional, salud pública y comunidades seguras entre México y EE. UU. El resultado fue el fin de la Iniciativa Mérida y la implementación del Entendimiento Bicentenario. Esta reestructuración se acompaña del TMEC, ya en funcionamiento, y se suman los proyectos de financiamiento en la frontera sur de México en infraestructura.
  • Colombia: retomaron el Diálogo de Alto Nivel Económico (DANS) que se centró en aspectos económicos y sociales así como en educación, medioambiente, salud, energía e infraestructura, seguridad y lucha contra el narcotráfico y democracia y DDHH. Desde 2017 se implementó el Plan Paz Colombia (del que Biden fue partícipe) sin que por ello cambie la política de seguridad, baje el trasiego de estupefacientes y, sobre todo, se dejen de violar derechos humanos. Tan sólo en 2021 fueron asesinados 145 líderes
  • Centroamérica: No se ha llevado a cabo una reunión con todos los presidentes de la región. Sin embargo, sí se registran 12 viajes de distintos miembros del Gobierno de Biden. Ricardo Zúñiga fue designado como enviado especial para Centroamérica. Se conocen por lo menos nueve llamadas con presidentes y funcionarios de Centroamérica. Entre los principales temas tratados están migración, asistencia para el desarrollo y corrupción .

Migración, desafío regional

  • Aunque Biden ha intentado revertir la política migratoria de Trump, los esfuerzos se ven rebasados por una crisis de carácter humanitario. El tránsito de migrantes no cesó de aumentar en 2021 y llegó a 1,7 millones de migrantes
  • Ha aplicado una orden de emergencia conocida como Título 42 que, alegando la pandemia, permite la expulsión de migrantes. En 2021 se expulsaron poco más de un millón de migrantes bajo esta medida, que había sido prohibida por un juez de distrito (aunque con la pandemia se volvió a activar).
  • El 6 de diciembre volvieron a activar el programa “Quédate en México”, impuesto por la administración Trump. Se suma el fallo en una corte para prohibir seguir aumentando los beneficiarios del programa de Acción Diferida para los llegados en la infancia (DACA en inglés).

La reestructuración de las políticas contra la migración se centró en la “Estrategia de EE. UU. para abordar las causas fundamentales de la migración en Centroamérica”. Se basa en cinco pilares: 1) abordar la inseguridad y desigualdad económica, 2) combatir la corrupción y fortalecer la gobernanza democrática y promover el Estado de derecho, 3) promover el respeto por los derechos humanos, los derechos laborales y la libertad de prensa, 4) contrarrestar y prevenir la violencia, la extorsión y otros delitos perpetrados por bandas criminales, redes de trata y otras organizaciones delictivas organizadas y 5) combatir la violencia sexual, de género y doméstica.

Continuidad para Cuba, Venezuela y Nicaragua

Para Cuba, Venezuela y Nicaragua han ido la mayoría de las sanciones económicas y restricciones, tanto para sectores económicos, como para funcionarios en clara continuidad con las políticas de Obama (de la cual fue parte Biden) y de Trump.

Para Cuba, a pesar de las promesas de Biden, se sumaron restricciones y sanciones que fortalecen las medidas del bloqueo económico; muchas de éstas fueron en el contexto de las protestas en junio de 2021 y las posteriores. Las presiones del softpower implican el financiamiento de varias organizaciones de derechos humanos, así como medios de comunicación, los cuales en su mayoría están en Estados Unidos.

Para Nicaragua, las sanciones y restricciones tuvieron un punto álgido ante las detenciones de probables candidatos y de cara a las elecciones.

Por último, en Venezuela llama la atención el reconocimiento de Juan Guaidó, con el cual tuvo conversación Biden en marzo y después. Biden continua el bloqueo en contra de la economía venezolana y sigue financiando a varias organizaciones. En abril anunciaron 2 millones para la estrategia BetterTogether/JuntosEsMejor y en septiembre anunciaron la asistencia de 247 millones y 89 millones en asistencia económica para el desarrollo.

Pandemia y geopolítica de las vacunas

La pandemia ha marcado a la administración Biden y ha dejado grandes estragos en la economía estadounidense: la mayor inflación en treinta años, aumento del desempleo, problemas en las cadenas globales de valor y también la profundización de las divisiones internas de la sociedad. El programa Build Back Better no ha sido aprobado en su totalidad por el Congreso.

Las disputas geopolíticas por la vacuna hicieron que la administración Biden aumentara las donaciones de vacunas desarrolladas en EE. UU., ante el avance de la vacunación en el mundo con las vacunas producidas por China y Rusia. Hay al menos dos dimensiones clave en el impacto de la pandemia en la región y que se entrevera con problemas y crisis anteriores: 1) la materialización de las relaciones centro-periferia en la elaboración y distribución de las vacunas y el uso de las mismas como “poder blando” de lado de quienes producen y el pragmatismo de los países receptores; 2) como anunciamos en las “Claves geopolíticas de 2021”, una suerte de anticomunismo renovado que devela los intereses históricos del sector público y privado estadounidense.

En América Latina, bajo el esquema COVAX (liderado por la fundación Bill y Melinda Gates) reciben vacunas sin pagar: Bolivia, Dominica, El Salvador, Granada, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas. Aunque ha quedado claro que las entregas tienen retrasos por lo que estos países y otros de la región han recurrido a la vacuna rusa.

La vacuna Sputnik ha sido distribuida en Argentina, Bolivia, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay y Venezuela.

China ha exportado (hasta octubre) 1.100 millones de dosis de sus vacunas a 123 países. En América Latina, China donó solo 2 millones de dosis, mientras que ha vendido 388 millones de dosis, con 241 millones de dosis entregadas.

Por su parte, EE. UU. anunció el 10 de junio la donación de 500 millones de dosis de Pfizer a través de COVAX para países de ingresos bajos y medios-bajos, incluidos Bolivia, El Salvador, Honduras y Nicaragua.

 

Aníbal García Fernández, Tamara Lajtman y Silvina Romano

Editado por María Piedad Ossaba

Fuente: CELAG, 20 de ebero de 2022