El asesinato de Jovenel Moise: ¿Qué le espera a Haití ahora?

En esta lucha, Fanmi Lavalas, el partido del movimiento Lavalas, sigue siendo una fuerza vital, que busca poner ante todo de manifiesto las necesidades de la mayoría pobre.

El pueblo de Haití se enfrenta hoy a la dictadura, con el respaldo de USA, del gobernante Partido Haitiano Tet Kale (PHTK), que llegó al poder a través de la elección fraudulenta de Michel Martelly en 2010 y mantuvo su control sobre el mismo a través de la elección fraudulenta de Jovenel Moise en 2016, una actuación que los activistas haitianos denominan golpes de Estado electorales. Ambas elecciones se llevaron a cabo bajo la ocupación de la ONU y fueron patrocinadas por el gobierno de USA. Como secretaria de Estado, Hillary Clinton se desvió de su viaje a Oriente Medio en el apogeo del levantamiento de la Primavera Árabe en Egipto e intervino personalmente para poner a Martelly en el poder. Del mismo modo, el Departamento de Estado usamericano anunció inmediatamente que las elecciones de 2016 eran legítimas y las administraciones usamericanas posteriores, primero Trump y luego Biden, continuaron apoyando al régimen de Moise diplomática y financieramente.

Reciente protesta de solidaridad con Haití en San Francisco

El asesinato de Jovenel Moise el 7 de julio por un escuadrón de la muerte profesional no altera el apoyo de USA al régimen del PHTK. A menos que el público usamericano manifieste un rechazo masivo, así como los miembros del Congreso, se espera que la Administración Biden continúe apoyando al actual régimen del PHTK liderado por el primer ministro Claude Joseph o cualquier otra persona que surja dentro de este régimen para asumir el poder durante esta transición. Se espera que la Administración de Biden siga proporcionando fondos para sus brutales fuerzas de seguridad. Estos puntos centrales no deben quedar oscurecidos por la escalada de especulaciones de los medios sobre “quién lo hizo”, particularmente después de los arrestos de algunos exsoldados colombianos y varios haitianos con vínculos con USA como Christian Emmanuel Sanon.

¿Cuáles son las características que definen al régimen del PHTK tanto con Martelly como con Moise?

El régimen del PHTK es una dictadura títere instalada y mantenida por el gobierno de USA y las fuerzas de ocupación de la ONU, en coordinación con miembros de la clase alta haitiana, que actúa contra los intereses de la mayoría empobrecida del pueblo haitiano. Las principales características del régimen son las siguientes:

  1. Participación en la corrupción generalizada y saqueo masivo de fondos públicos.

  1. Facilitar el acaparamiento de tierras y el despojo de los agricultores haitianos, incluido el propio Moise, para ampliar su república bananera personal, así como el saqueo de los vastos recursos naturales de Haití (oro, petróleo, bauxita y más) por parte de oligarcas nacionales y corporaciones extranjeras. El clima “abierto” de inversión respaldado por el régimen del PHTK es destacado en este Informe del Departamento de Estado de USA de 2018 sobre “cómo hacer negocios en Haití”.

  2. Emprender una guerra contra la mayoría pobre y el movimiento popular de base Lavalas mediante horribles masacres en barrios pobres como Lasalin y Bel Air, gentrificación violenta, asesinatos selectivos y violaciones de activistas de derechos humanos. Estas graves violaciones de los derechos humanos perpetradas por el régimen están también documentadas por la International Human Rights Clinic of the Harvard Law School en su informe de abril de 2021 “Killing with Impunity: State-Sanctioned Massacres in Haiti”.

¿Cuáles fueron los límites de la eficacia de Moise como gobernante títere?

  1. Moise demostró ser incapaz de contener el levantamiento masivo de base para establecer un gobierno democrático verdaderamente popular. Desde que Moise asumió el poder, el pueblo haitiano ha salido a las calles por cientos de miles, una y otra vez, enfrentándose a munición real, gases lacrimógenos, arrestos arbitrarios, tortura, violación y ejecuciones extrajudiciales por parte de la Policía Nacional de Haití (PNH), entrenada por los funcionarios de ocupación de la ONU en Haití y por la policía usamericana, incluida la policía de Nueva York. La PNH ha sido también financiada por el gobierno de USA. Con una suma de varios millones de dólares al año, la financiación usamericana ha ido incrementándose durante la Administración Trump, un hecho que se correlaciona con el aumento de las violaciones de derechos humanos por parte de la PNH. La administración Biden ha continuado también con este apoyo a una fuerza policial claramente implicada en masacres y graves violaciones de derechos humanos. A pesar de esa capacitación y financiación de la PNH por USA, Moise no ha podido mantener “la ley y el orden”. Siguen estallando enormes protestas. Al mismo tiempo, los paramilitares respaldados por el régimen (“pandillas”) como el escuadrón de la muerte del G9, encabezado por el expolicía Jimmy “Barbecue” Cherizier, continúan aterrorizando a los pobres de todas las edades en Puerto Príncipe a base de secuestros, tortura, violación y asesinatos. El G9 y la violencia paramilitar han desplazado a miles de personas que han sido expulsadas de sus barrios después de que sus casas fueran incendiadas y sus familiares y vecinos masacrados.

  1. Moise se enfrentó recientemente a miembros de la pequeña y poderosa clase alta haitiana, como Reginald Boulos y otros oligarcas. Este choque reflejó disputas dentro de la élite, ya que Moise estaba haciendo uso de su poder político para consolidar su control en formas que recuerdan a las dictaduras de Duvalier.

  1. Es de señalar la creciente oposición dentro del Congreso de USA al apoyo continuado de la Administración de Biden al régimen de Moise, como se refleja en esta carta del 26 de abril de 68 miembros de la Cámara de Representantes de USA a la Administración de Biden, señalando que el régimen de Moise “carece de credibilidad y legitimidad para supervisar un referéndum constitucional… o para gestionar unas elecciones que sean libres y justas”. A raíz de esta carta, el secretario de Estado Antony Blinken anunció, como se informó el 9 de junio, que USA no apoyaría ya el plan del régimen de Moise para aumentar su poder mediante la celebración este verano de un falso “referéndum” para debilitar a la Constitución haitiana. A pesar de este cambio de política, la Administración de Biden continuó apoyando al régimen para que permaneciera ilegalmente en el poder y manipulara las elecciones programadas para el próximo mes de septiembre. USA ha asignado gran cantidad de fondos para estas falsas elecciones que incluirán un referéndum, en violación de los deseos de la mayoría haitiana. Además, la Administración Biden pidió más fondos usamericanos para la policía haitiana, a pesar del claro historial de graves violaciones de derechos humanos vinculadas con ella. Sin embargo, este apoyo de la Administración Biden a Moise está enfrentando una creciente oposición política en el Congreso.

¿Qué impulsa la política exterior de USA hacia Haití?

En su discurso “Más allá de Vietnam: un momento para romper el silencio”, pronunciado en la Iglesia de Riverside el 4 de abril de 1967, el Rev. Dr. Martin Luther King, Jr., declaró: “En todo el mundo, los hombres se rebelan contra los viejos sistemas de explotación y opresión, y de las heridas de un mundo frágil están naciendo nuevos sistemas de justicia e igualdad. Los descamisados de la tierra se están levantando como nunca antes”. Protestó por el hecho de que el gobierno usamericano estuviera situado en el lado equivocado de esta revolución, en Vietnam y en otros lugares. En ningún lugar se ilustra esto de manera más gráfica que en Haití.

La política de USA hacia Haití, al igual que en otros lugares del “Tercer Mundo”, ha sido notablemente consistente durante los siglos XIX, XX, ahora XXI, a partir de tres pilares:

1) una oposición supremacista blanca a la descolonización genuina y la liberación nacional de los pueblos negros y colonizados; 2) la mentalidad de la doctrina Monroe usamericana como policías del hemisferio occidental en particular y del mundo en general; y 3) poner los intereses comerciales y de la clase alta local de USA por encima de los derechos humanos básicos de la mayoría pobre, junto con la prevalencia de la explotación capitalista sobre la democracia popular.

En 1804 los haitianos emprendieron una exitosa revolución contra uno de los imperios europeos más poderosos de la época, emancipándose de la esclavitud y el colonialismo, convirtiéndose en la primera república negra del mundo y la primera nación en prohibir permanentemente la esclavitud. Puede decirse que la Revolución Haitiana fue la afirmación más radical del derecho a tener derechos en la historia de la humanidad. Alimentando la esperanza, la resistencia y la rebelión entre las personas esclavizadas en todo el Caribe y USA, el gobierno haitiano recién independizado ofreció asilo y ciudadanía a cualquier africano que escapara de la esclavitud. El gobierno haitiano independiente invitó a personas de origen africano e indígena que huían de la opresión a ir a vivir a Haití. Luchadores por la libertad como Simón Bolívar y los movimientos de liberación en todo el continente americano recibieron apoyo material del gobierno haitiano con la condición de que abolieran la esclavitud si llegaban al poder. Haití se encuentra en el centro mismo de la lucha mundial para poner fin a la esclavitud.

La libertad de Haití representaba una gran amenaza para el sistema de esclavitud en USA y América. Los líderes supremacistas blancos usamericanos intentaron estrangular en su nacimiento a la nueva nación instituyendo un boicot mundial contra Haití. Francia adoptó una acción similar, obligando a Haití a pagar reparaciones a los dueños de esclavos franceses por las propiedades que perdieron cuando terminó la esclavitud. Estas “propiedades” eran los seres humanos que habían sido esclavizados. La deuda no se pagó hasta la década de 1940, cuando los bancos de USA se hubieron hecho cargo del proceso de cobranza. Con el tiempo, Haití pagó a Francia 21.700 millones de dólares, una extorsión que ha sido adecuadamente llamada el mayor atraco de la historia.

En el siglo XX, a partir de 1915, Haití se convirtió en una colonia virtual de USA, cuando el presidente Woodrow Wilson envió a los marines usamericanos a ocupar el país. Más de 20.000 personas murieron a manos de los marines. Durante 19 años de ocupación, los haitianos opusieron una resistencia feroz y prolongada, y los activistas negros en USA estuvieron a la vanguardia de la solidaridad con la lucha haitiana. La NAACP (siglas en inglés de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color) denunció la invasión, al igual que el Movimiento Garvey. El líder de la NAACP, James Weldon Johnson, detalló los crímenes cometidos por las fuerzas de ocupación usamericanas en “The Truth About Haiti: An NAACP Report” (1920) publicado en The Crisis. Los marines abandonaron finalmente Haití en 1934, dejando en su lugar a las infames Fuerzas Armadas de Haití para proteger violentamente a las corporaciones extranjeras y a la élite haitiana aplastando a toda la oposición.

A partir de la década de 1950 hasta la de 1980, el gobierno usamericano apoyó las brutales dictaduras de “Papa Doc” y “Baby Doc” Duvalier, quienes torturaron y asesinaron a miles de haitianos. El movimiento popular de masas, que llegó a conocerse como Lavalas (La “inundación repentina” del pueblo), logró derrocar la dictadura de Duvalier y elegir a Jean-Bertrand Aristide como presidente de Haití. USA apoyó dos veces golpes de Estado para derrocar al gobierno electo, en 1991 y 2004. Desde este último golpe, Haití ha sido ocupada por las Naciones Unidas, según lo autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU, a instancias principalmente de USA, Francia y Canadá. Bajo esta ocupación, el pueblo de Haití ha estado involucrado en una feroz lucha contra una serie de dictaduras títere instaladas por USA. Lo que es importante reconocer ahora es que el actual régimen de PHTK es la manifestación institucional del golpe de 2004, un intento de hacer que el golpe sea permanente, con o sin Jovenel Moise.

La solidaridad es ahora más necesaria que nunca

Hoy el pueblo de Haití está luchando valientemente para establecer su propio gobierno de transición de Sali Piblik (seguridad pública) apoyándose en esforzados profesionales y activistas de todos los sectores de la sociedad haitiana, un gobierno capaz de estabilizar la sociedad y atender las necesidades más urgentes de la gente, mientras se organizan elecciones verdaderamente justas y libres. En esta lucha, Fanmi Lavalas, el partido del movimiento Lavalas, sigue siendo una fuerza vital, que busca poner ante todo de manifiesto las necesidades de la mayoría pobre. El pueblo haitiano no ha olvidado lo que Lavalas pudo lograr durante el breve período de democracia real antes de que el golpe usamericano de 2004 devolviera al país a la miseria. Durante ese breve período de democracia real se construyeron más escuelas que en los 150 años anteriores de historia haitiana, se extendió la atención médica, se construyeron viviendas asequibles, se formaron cooperativas, se disolvió el temido ejército, se ampliaron los derechos de las mujeres, junto con tantos otros logros. Y todo esto se hizo con un pequeño presupuesto nacional mientras USA intentaba estrangular económicamente a Haití cortando la ayuda y los préstamos. Por el contrario, el régimen del PHTK, que cuenta con el respaldo total usamericano y que tenía un presupuesto 14 veces mayor, solo acierta a mostrar una pobreza y miseria cada vez más profundas para las masas de personas, incluida una duplicación de la desnutrición infantil aguda grave, junto con masacres y graves violaciones generalizadas de los derechos humanos: todo ello posible gracias a USA. Como expresó Fanmi Lavalas en un comunicado el 2 de marzo de 2021:

En efecto, la realidad actual revela claramente la verdad. Si no hubiera habido un golpe de Estado secuestrador el 29 de febrero de 2004, hoy no tendríamos un gobierno de secuestradores que hace que todos y cada uno de los ciudadanos haitianos anden con su propio ataúd. Sí, desde el golpe de Estado de 2004, las masas nunca han dejado de experimentar más y más sufrimiento. Masacres, represión, miseria, hambre, paro, balas, gases lacrimógenos, secuestros… y más. Los criminales no han dejado de robar las tierras de los campesinos. Si no podemos ir a la escuela, no podemos comer, no podemos tener una vivienda digna, si no tenemos agua potable para beber, si no tenemos seguridad, si nos están secuestrando, todo ello es consecuencia del del golpe de Estado de 2004”.

Todas las personas de mentalidad progresista en USA deben hacer de la lucha del pueblo haitiano el centro de sus propias luchas. Necesitamos organizar protestas de solidaridad en todos los lugares que podamos y presionar a nuestros miembros del Congreso para que hagan lo siguiente:

  1. Cortar toda la ayuda usamericana a la policía haitiana de una vez por todas.

  2. Detener el apoyo de la Administración Biden al régimen del PHTK, independientemente de quién se convierta en el nuevo testaferro.

  3. Poner fin al apoyo de USA a las elecciones falseadas y al referéndum constitucional organizado por el régimen del PHTK.

  4. Apoyar el derecho del pueblo haitiano a formar, a través de su propio movimiento popular, su propio gobierno de transición libre de la interferencia de USA. ¡No más intervenciones militares estadounidenses en Haití!

Seth Donnelly

Original: The Assassination of Jovenel Moise: What Next for Haiti?

Traducido por Sinfo Fernández

Editado por María Piedad Ossaba

Para más información:  www.haitisolidarity.net

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