Los senadores Jim Inhofe (republicano, Oklahoma) y Patrick Leahy (demócrata, Vermont) han encabezado hoy, junto a un grupo de 25 de sus colegas del Senado, una carta en la que instan al presidente Biden a revocar la errónea decisión de su predecesor de reconocer formalmente las reivindicaciones ilegítimas de soberanía del Reino de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, y a volver a comprometer a los Estados Unidos en la búsqueda de un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui del Sáhara Occidental.
Los senadores firmantes de dicha carta son: John Boozman (R-Ark.), Angus King, Jr. (I-Maine), Mike Rounds (R-S.D.), Joe Manchin III (D-W.Va.), John Hoeven (R-N.D.), Deb Fischer (R-Neb.), Richard Shelby (R-Ala.), Sheldon Whitehouse (D-R. I.), Maria Cantwell (D-Wash.), Susan M. Collins (R-Maine), Rob Portman (R-Ohio), Kevin Cramer (R-N.D.), Shelley Moore Capito (R-W.Va. ), Cory Booker (D-N.J.), Lisa Murkowski (R-Alaska), Jack Reed (D-R.I.), Kyrsten Sinema (D-Ariz.), Roger Wicker (R-Miss.), Mazie K. Hirono (D-Hawaii), Cindy Hyde-Smith (R-Miss.), Jeanne Shaheen (D-N.H.), Chris Van Hollen (D-Md.), Mark Kelly (D-Ariz.), Ben Ray Lujan (D-N.M.) et Dick Durbin (D-Ill.).
[R : Republicano; D : Demócrata; I : Independiente]
He aquí el texto completo de la carta:
Estimado Presidente Biden:
La precipitada decisión del anterior gobierno, adoptada el 11 de diciembre de 2020, de reconocer formalmente las reclamaciones ilegítimas de soberanía del Reino de Marruecos sobre el Sáhara Occidental revela una clara miopía política, socava décadas de política estadounidense coherente y aliena un número importante de países africanos. Con todo respeto, nos permitimos pedirle que revoque esta errónea decisión y que vuelva a implicar a Estados Unidos en la realización efectiva de un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui del Sáhara Occidental.
El destino del pueblo saharaui se ha movido en la incertidumbre desde que las Naciones Unidas adoptaron una resolución que pedía un referéndum de autodeterminación, en 1966. Durante más de cinco décadas, como resultado de la acción de la ONU, el objetivo simple y fundamental del pueblo saharaui de decidir libremente su destino se ha visto obstaculizado y neutralizado por múltiples promesas incumplidas.
La cuestión de las reivindicaciones de soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental no es nueva. La Corte Internacional de Justicia rechazó estas reivindicaciones en 1975, afirmando claramente que los documentos y la información facilitados por Marruecos no establecían ningún vínculo de soberanía territorial entre el territorio del Sáhara Occidental y el Reino de Marruecos. A pesar de la inequívoca sentencia de dicha Corte, Marruecos mantuvo su reclamación ilegal sobre el Sáhara Occidental y, tras la descolonización, intentó anexionarse el territorio por la fuerza. El pueblo del Sáhara Occidental, actuando a través del Frente Polisario, defendió sus derechos y sus tierras.
Tras más de una década de hostilidades, las Naciones Unidas intervinieron finalmente en 1991 y ambas partes acordaron un alto el fuego y una hoja de ruta. En el marco de un Plan de acuerdo, Marruecos y el Sáhara Occidental acordaron celebrar un referéndum y se creó la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental, misión que se ha prorrogado varias veces y que continúa hasta hoy.
Los esfuerzos diplomáticos posteriores, entre otros los desarrollados por el ex Secretario de Estado James Baker, condujeron a la elaboración de múltiples planes con Marruecos y el Sáhara Occidental, incluidos los llamados Acuerdos de Houston, que volvieron a comprometer a Marruecos y al Sáhara Occidental en 1997 en un referéndum de autodeterminación. Marruecos, reconociendo que era probable que perdiera esta votación, se retiró efectivamente de las negociaciones al año siguiente, declarando que nunca aceptaría un referéndum que incluyera la independencia como resultado potencial, a pesar de años de promesas en sentido contrario. Trágicamente, la negativa de Marruecos a negociar de buena fe ha sido recurrente a lo largo de los años. La decisión del anterior gobierno usamericano de reconocer sus reclamaciones sólo consiguió recompensar décadas de mal comportamiento por parte del gobierno marroquí.
La situación en el Sáhara Occidental ha sido descrita como un “conflicto congelado”, sin resolución pero sin la percepción de un conflicto activo. Por lo tanto, es fácil para el resto del mundo olvidar la difícil situación del pueblo saharaui. Llamarlo “conflicto congelado” da la apariencia de que se trata de un conflicto inofensivo, cuando en realidad es todo lo contrario.
Decenas y decenas de miles de saharauis viven en campamentos de refugiados, principalmente en Tindúf (Argelia), al haberse visto obligados a abandonar sus hogares, a la espera de una resolución. Permitir que este proceso se estanque año tras año les ha costado una generación de libertad. Algunos de nosotros hemos visitado estos campamentos muchas veces, inclusive en 2019, y hemos podido observar con claridad la voluntad de resistencia y la esperanza de sus habitantes.
Estados Unidos le adeuda al pueblo saharaui el cumplimiento de su compromiso, la ayuda a los marroquíes para cumplir el suyo, y la realización efectiva del citado referéndum. El pueblo saharaui se merece el derecho a elegir libremente su propio destino y nosotros esperamos poder contar con la colaboración de su Presidencia en este esfuerzo.
Le rogamos acepte, Señor Presidente, el testimonio de nuestra más alta consideración.
Various Authors – Autores varios – Auteurs divers- AAVV-d.a.
Fuente: Tlaxcala, 24 de febrero de 2021
