La violación de mujeres negras e indígenas ha dejado una huella indeleble en el genoma de l@s brasileñ@s.

Tales cifras no son nuevas para la genética. “Es la norma latinoamericana”, dice Hünemeier. Lo mismo ocurre con la población de países como Colombia y Cuba, que también conocieron la colonización ibérica.

Los primeros resultados del proyecto de secuenciación genética más completo jamás realizado en Brasil muestran que los genes heredados exclusivamente por vía materna son generalmente negros e indígenas, y que los genes transmitidos por los padres son casi todos de colonizadores europeos.

El proyecto DNA do Brasil (ADN de Brasil) tiene como objetivo analizar los genomas de 40.000 brasileños. Se trata de la mayor encuesta de este tipo realizada en el país y dará lugar a la base de datos genéticos más completa disponible sobre nuestra población La iniciativa fue anunciada hace nueve meses, en diciembre de 2019, y ya está dando sus primeros resultados.

Los investigadores ya han completado la secuenciación del genoma de 1.247 brasileñ@s. L@s voluntari@s proceden de todos los rincones del país, desde las comunidades ribereñas del Amazonas hasta los habitantes de la ciudad de São Paulo. Uno de los objetivos de la investigación es de carácter médico: los datos genéticos pueden utilizarse para identificar los grupos más susceptibles a determinadas enfermedades, lo que permite dirigir los recursos y esfuerzos del SUS (Sistema Único de Salud, público) de forma inteligente.

La cartografía genética también proporciona datos sobre la ascendencia de l@s voluntari@s. Sólo en estos 1.247 genomas preliminares fue posible observar las variantes genéticas provenientes de 54 poblaciones de todo el mundo. Los resultados muestran que, sí, Brasil es extremadamente mestizo – pero que este mestizaje no se ha producido de forma equilibrada.

Marcado de una mujer autóctona con hierro candente, por Miguel Covarrubias

Un legado desigual

La mitad de nuestros genes son heredados de nuestra madre, mientras que la otra mitad es heredada de nuestro padre. En general, no es posible identificar qué genes provienen de tal o cual progenitor, pero hay excepciones.

 El cromosoma Y es una de ellas. Las mujeres tienen cromosomas sexuales XX, y los hombres tienen XY. Esto significa que la madre siempre transferirá el cromosoma X al feto. Luego, el espermatozoide del padre se encarga de “decidir” el sexo del bebé enviando el cromosoma X o Y.

Esto significa que cada cromosoma Y encontrado en la población siempre proviene del padre, lo que permite rastrear el linaje de los hombres del país. Lo mismo ocurre con el ADN mitocondrial en el caso de las mujeres. Siempre es la madre la que transmite las mitocondrias a su hijo – las mitocondrias son fábricas de energía de las células que tienen su propio material genético – así que todo el ADN de las mitocondrias de una población ha sido necesariamente heredado de las mujeres.

Ahora los resultados: el 75% de los cromosomas Y de la población son heredados de hombres europeos. El 14,5% son de hombres africanos y sólo el 0,5% son de hombres nativos; El 10% restante son una mitad originarios de Asia Oriental y Meridional, y la otra mitad de otras regiones de Asia.

Con el ADN mitocondrial, ocurre lo contrario: el 36% de estos genes son heredados de mujeres africanas y el 34% de mujeres indígenas. Sólo el 14% proviene de mujeres europeas y el 16% de mujeres asiáticas.

Sumando los porcentajes de mujeres, obtenemos que el 70% de las madres que dieron a luz a la población brasileña fueron africanas e indígenas – pero el 75% de los padres fueron europeos. La razón se remonta a los años de la colonización portuguesa en Brasil. La violación de mujeres esclavas negras e indígenas era la regla.

La explotación violenta y el exterminio masivo también han hecho que los hombres indígenas casi no hayan dejado ningún descendiente: representan sólo el 0,5% del genoma de la población, mientras que las mujeres indígenas representan el 34%. “Lo que sucedió fue que matamos o sometimos a los hombres y violamos a las mujeres”, explica Tábita Hünemeier del Instituto de Biociencias (IB) de la Universidad de São Paulo, que estudia la genética de las poblaciones y es una de las coordinadoras del proyecto.

Tales cifras no son nuevas para la genética. “Es la norma latinoamericana”, dice Hünemeier. Lo mismo ocurre con la población de países como Colombia y Cuba, que también conocieron la colonización ibérica. Otros estudios genéticos realizados en Brasil, que sólo analizan el cromosoma Y y el ADN mitocondrial, han mostrado la misma tendencia desde los años 2000.

Además de arrojar luz sobre las atrocidades históricas, el genoma de l@s primer@s voluntari@s del proyecto también reveló cuatro millones de nuevas variantes genéticas, que no están registradas en otros bancos de genes internacionales. Otro reciente mapeo genómico, realizado únicamente con ancianos brasileños, mostró dos millones de nuevas variantes.

Hombres (blancos) y mujer negra, por el pintor holandés Christiaen Couwenbergh, 1632

Maria Clara Rossini

Original: Estupro de mulheres negras e indígenas deixou marca no genoma d@s brasileir@s

Traducido por María Piedad Ossaba para La Pluma y Tlaxcala, 11 de enero de 2020

Editado por Fausto Giudice Фаусто Джудиче فاوستو جيوديشي

Traductions disponibles : Français  English 

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