Según la ONU, es un héroe humanitario. Según Israel, malversó fondos a Hamás El calvario de Mohammed El-Halabi

Mohammed El-Halabi, director de la ONG de ayuda humanitaria World Vision en Gaza y Cisjordania, ha sido encarcelado por cuatro años en Israel, que lo acusa de secundar al enemigo en periodos de guerra.

Gideon Levy

La próxima semana, tras las fiestas judías, continuará el juicio contra Mohammed El-Halabi en el tribunal del distrito de Beerseba. Una de dos: O El-Halabi es uno de los mayores enemigos más peligrosos, como indicó la acusación; o es la víctima de un sistema de propaganda cruel y egoísta que se aprovecha de él para interrumpir la ayuda humanitaria que llega a la Franja de Gaza. O malversó decenas de millones de dólares y cientos de toneladas de hierro a la organización yihadista Hamás para la construcción de túneles, según la Shin Bet, la agencia de seguridad israelí; o es un “héroe humanitario”, como lo designó la ONU en 2014. O es un viejo espía de Hamás en la gran ONG cristiana internacional World Vision, a cuya institución en Gaza y otras ramas armadas ayudó; o es alguien que consagró su vida a proporcionar ayuda humanitaria a agricultores, niños discapacitados y enfermos de cáncer en la Franja.

Mohammed El Halabi en el tribunal de Beerseba (Israel), 2017. Foto de Eliyahu Hershkovitz

Tras 52 días de interrogatorio por parte de la Shin Bet (que implicó una fuerte tortura, según su padre, Khalil El-Halabi, y más de tres años en una cárcel de Israel), El-Halabi, quien solía cruzar el planeta, dirigirse a los parlamentos y adentrarse en Israel, será enviado otra vez a la Prisión de Ramon este jueves 24 en la ciudad de Mitzpe para sentarse ante un tribunal dirigido por el vicepresidente del tribunal del distrito de Beerseba Natan Zlotchover. El-Halabi fue llevado a la sala de audiencia 127 veces desde su primer arresto en junio de 2016. En su declaración, que se prolongó cerca de un año, negó todos los cargos en su contra.

Según su abogado, Maher Hanna, de Nazaret, cuando comenzó el juicio, propusieron a El-Halabi un acuerdo con el fiscal que conllevaba el reconocimiento de culpabilidad y tres años de cárcel, pero lo rechazó. Insistió en que era completamente inocente. Mientras tanto, en Gaza, Khalil dedica todo su tiempo a la lucha de su hijo. “Tengo el corazón roto”, me comentó esta semana.

La historia de El-Halabi ha sido bastante  difundida en los medios internacionales, pero en Israel es una especia de “recluso X”, pues no se ha publicado apenas sobre el caso.

Khalil El-Halabi, de 65 años, trabajó durante 40 años como supervisor de educación para la UNRWA, la agencia de la ONU para refugiados palestinos. Esta semana me envió su foto en la que aparece junto al expresidente de los Estados Unidos Jimmy Carter en una conferencia del hotel Al-Mathaf en la ciudad de Gaza en 2010. Mohammed, su segundo hijo, nació en 1978 en el campamento de refugiados de Yabalia, está casado con Ulla y tiene cinco hijos. El más pequeño, Faris, de 4 años, solo conoce a su padre detrás de las rejas.

En 2003, Mohammed obtuvo el título de máster en Ingeniería Civil por la Universidad Islámica de Gaza, trabajó en el sector privado y, más tarde, en la agencia de desarrollo de la ONU. En 2006, entró en la Worl  Vision de USA, y rápidamente se hizo director regional, cubriendo Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental.

En una entrevista publicada en la web de la organización en agosto de 2014, El-Halabi contó lo que le llamó la atención del ámbito de la ayuda humanitaria: “Nací en Yabalia, en el campo de refugiados en Gaza de la UNRWA. Es la región más poblada en Oriente Medio. Allí presencié los momentos más críticos de la gente de Gaza”. Añadió: “Conocí a los niños cuyas casas fueron totalmente demolidas y que habían perdido al menos uno de sus seres queridos. Y sin embargo, cantaban por la paz”.

El-Halabi dejó su trabajo de ingeniero tras “ver niños heridos y asesinados, sabiendo que mis propios hijos se han traumatizado por la violencia. Por eso, decidí consagrar mi vida entera a ayudar a la gente y los niños a empezar una nueva vida”.

Mohammed El-Halabi con atletas palestinos discapacitados en Gaza. Cortesía de la familia de El-Halabi

En esos momentos, World Vision ayudaba a 1.500 niños a través del programa de espacios seguros para niños que emprendió en la Franja para proteger a los más jóvenes en situaciones de emergencia, junto con 350 niños heridos en hospitales. El-Halabi y su equipo también “ayudó a 8.000 padres en una formación de primeros auxilios psicológicos, que contribuyó a reducir significativamente el estrés de sus hijos durante la guerra”, afirmó en la entrevista. Fue la etapa de la Operación Margen Protector.

Las fotos del pasado enseñan a un hombre pequeño, robusto y sonriente visitando a los jóvenes en silla de ruedas, atletas discapacitados y agricultores en sus invernaderos en Gaza. Khalil dice que el trabajo de su hijo le hace a menudo ir al extranjero. De hecho, una de las últimas misiones de Mohammed fue dirigirse al Parlamento de Australia, en Canberra. Australia es uno de los países que más dinero aporta a los proyectos que dirige. También ha viajado mucho en Cisjordania y a Jerusalén Oriental (con el permiso de Israel, por supuesto). El 15 de junio de 2016, cuando volvió de una reunión con su equipo en Jerusalén, lo detuvieron en el paso fronterizo de Erez que conecta con Gaza. Su familia supo del arresto solo tres días después.

Así empezó el calvario del Ciudadano H. Esta semana hace 40 meses de arresto, durante los que ha sido transferido a varias prisiones. Su familia tiene permiso de visitarlo solo una vez cada dos meses, y únicamente dos parientes pueden ir, incluidos los hijos. Intentan llevar al pequeño Faris siempre que sea posible, así que conocerá a su padre. Se trata de un viaje agotador de 12 horas de Gaza para una mera visita de media hora a través de una ventana blindada. Como consecuencia de la tortura que vivió El-Halabi (que conllevó una privación de sueño, estar colgado de la celda y recibir golpes, según su padre), tiene el oído dañado en un 40 %, lo cual dificulta mucho más las conversaciones por teléfono a través de la ventana durante las visitas.

Su abogado, Hanna, quien va ocasionalmente a la cárcel a visitarlo, sostuvo que su cliente es fuerte y decidido, por eso no ha perdido el ánimo. Mohammed siempre le dice a su padre en las visitas que está seguro de que se hará justicia.

Parte del juicio de El-Halabi se hará a puerta cerrada. El 22 de noviembre de 2017, tuvo una audiencia en el Tribunal Supremo por la prolongación de sus repetidos renvíos a prisión, ya que se han producido muchos. La acusación revisada que ha sido presentada recientemente incluye los siguientes cargos, de los cuales algunos son serios: contacto con un agente extranjero, pertenencia a una organización terrorista, secundar al enemigo en tiempos de guerra, uso de la propiedad con fines terroristas, transferir información al enemigo, posesión de armas y munición, y formación militar prohibida.

“El acusado se aprovechó de su posición y estatus en World Vision, una organización de ayuda humanitaria, para lograr los objetivos de Hamás”, señala la acusación.

El-Halabi también ha sido acusado de desviar entre cientos y miles de toneladas de hierro, destinado en principio a fines agrarios, a Hamás para construir túneles. Presuntamente, también “marcó las coordenadas en Israel para las operaciones de Las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam” (rama armada de la organización islamista Hamás). Es más, está acusado de transferir fondos para la compra de equipamiento destinado al comando naval de Hamás, incluso de dar información a la organización sobre los planes de seguridad en el paso fronterizo de Erez.

En una sesión informativa para los periodistas, después de que la acusación fuera archivada, los miembros de la Shin Bet aseguraron que El-Halabi malversó decenas de millones de dólares a Hamás. Un proyecto agrícola que dirigió era presuntamente una tapadera para ocultar las excavaciones de los túneles, un programa de rehabilitación para pescadores también resultó ser una tapadera para comprar trajes de buceo y lanchas para la fuerza naval de Hamás, y los agricultores que contrató eran vigilantes para Hamás. Incluso transfirió miles de paquetes de alimentos a los activistas de la organización yihadista y a sus familias. Según la hoja de acusaciones, El-Halabi fue reclutado por Hamás desde 2004 para infiltrarse en World Vision.

Manifestación en solidaridad con Palestina con Mohammed El-Halabi, director de las operaciones en Gaza de World Vision, que fue acusado por Israel de malversar millones de dólares a Hamás. Ciudad de Gaza, 7 agosto de 2016. Foto Mohammed Salem/ REUTERS

Por su parte, Hanna niega todos los cargos contra su cliente. Está convencido de que el objetivo de la acusación es únicamente intimidar a los grupos de ayuda y cesar la asistencia humanitaria en Gaza, para que sus habitantes se alcen contra Hamás, como quizás desea Israel. De hecho, desde el arresto de El-Halabi, World Vision ha suspendido sus operaciones en la Franja hasta que no termine el juicio. No obstante, una amplia investigación llevada a cabo por la organización, cuyo coste fue de 3 millones de dólares, según Hanna, absolvió a El-Halabi por completo. No encontraron que cometiera ningún delito.

El actual director en Israel de World Vision y en los territorios, Alex Snary, escribió: “mi querido amigo y colega Mohammed El-Halabi expuso la farsa total de la ‘justicia’ de Israel para los palestinos. Tres años de tortura y detenciones, alrededor de 120 comparecencias en tribunales, y sin embargo Israel no tiene pruebas para defender sus durísimas acusaciones”. Snary describe a El-Halabi como “un hombre con un gran corazón”, especialmente con los niños. Y añadió: “Ya es hora de que Israel admita que cometió un error, que deje de avergonzar su sistema judicial y que lo ponga en libertad para que vuelva con su familia y a al trabajo que le apasiona (mejorar la vida de los niños que sufren”.

En agosto de 2016, dos meses tras la detención de El-Halabi, los diplomáticos de alto rango de los países occidentales en Israel se quejaron ante el corresponsal de entonces del periódico israelí Haaretz, Barak Ravid, de que no recibieron nada de información ni ninguna prueba sobre la posible malversación de fondos a Hamás. El Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio de Australia anunció en marzo de 2017 que, tras una investigación, concluyó que nada apuntaba a un uso inapropiado de fondos o ayuda al gobierno de Hamás in Gaza.

El pasado 14 de junio, el periodista independiente Antony Loewenstein, publicó los resultados de su investigación sobre la web +972. Él también concluyó que, a pesar del largo periodo de tiempo transcurrido, seguían sin confirmarse los cargos contra El-Halabi.

Hanna, el abogado, subrayó que una parte considerable del presupuesto de World Vision se ha reservado siempre para facilitar la supervisión de cerca de las actividades financieras de la organización y de los procesos de licitación contractual. Y añade que la cantidad total que se donó durante años para sus actividades en Gaza es mucho menor que la cantidad que presuntamente El-Halabi desvió a Hamás.

Hanna también se muestra muy crítico ante las restricciones legales a las que El-Halabi está sometido: Israel le ha prohibido entrar en la Franja de Gaza para que no se encuentre con testigos de la defensa, situación que lo ha llevado al Tribunal Supremo. El tribunal dará una respuesta en diciembre, tras la conclusión del juicio de El Halabi. Hanna también ha pedido que vengan varios testigos a Israel a declarar, pero las autoridades también rechazan esa posibilidad. Su petición de que testifiquen por videoconferencia se presentará en la audiencia de la semana que viene en Beerseva. Mientras, la defensa sigue presentando sus alegaciones.

Hanna: “todo lo que tratas en este juicio es un ‘trabajo creativo’. No estoy en contra del Estado. Quiero que nuestro sistema judicial sea el mejor y el más justo, pero ni siquiera tengo transcripciones de las audiencias en las que he intervenido”. “El-Halabi entiende solo la mitad más o menos de lo que se dice en el tribunal por las deficientes traducciones”, dice Hanna. “La Shin Bet ha dado su aprobación solo a un intérprete para el proceso judicial por razones de seguridad, pero no es competente”.

Los representantes de World Vision han asistido a algunas audiencias. Ninguno de los parientes de El-Halabi ha estado presente, por supuesto, porque viven en la Franja de Gaza. Existe una ley mordaza sobre la principal prueba en el juicio por razones de seguridad. Según Hanna, ninguna prueba contundente ni objetiva sobre los cargos se ha presentado ante el tribunal hasta ahora, lo que puede demostrar la prolongación de los procesos judiciales.

Khalil El-Halabi comentó esta semana. “Echamos de menos a Mohammed. Gaza echa de menos a Mohammed. Trato todos los días de generar interés por el caso de mi hijo. Cuando fui supervisor de educación para la UNRWA, introduje un capítulo especial del Holocausto en el plan de estudios. Les dije a todos que la injusticia de ese tipo está por encima y va más allá de cualquier disputa política. Nunca pensé que mi hijo se encontraría con tanta falta de justicia.

“Por favor, escriba mi mensaje a Benjamín Netanyahu: a su primer ministro le preocupa que no tenga un juicio justo. Mohammed también desea un juicio justo. Su futuro me tiene en vilo. Quiero abrazarlo y decirle lo orgulloso que estoy por todo lo que ha hecho por Gaza y por los palestinos sin hacer daño a Israel.

Por favor, trate a Mohammed como si fuera su hijo”.

Gideon Levy جدعون ليفي גדעון לוי

Original: The UN called him a humanitarian hero. Israel is accusing him of funnelling money to Hamas
The ordeal of Mohammed El Halabi

Traducido por Sofía Vílchez Chaparro

Traducciones disponibles: Français