La geopolítica del conflicto venezolano después del embargo

Todo se traza en un tablero donde lo militar (incluida la guerra irregular), el asalto y aislamiento económico a un país y lo geopolítico se entrecruzan como armas no convencionales para destruir la mesa de diálogo, a la que el chavismo ha decidido no asistir debido a las agresiones en curso contra la nación venezolana

El aislamiento de países del circuito comercial dominado por la oligarquía financiera estadounidense fue una movida usada en varias ocasiones para asfixiar económica y financieramente a los Estados-nación y, por ende, a sus poblaciones.

En América Latina, los casos de Cuba, Nicaragua y Panamá son emblemáticos por cómo se desarrollaron sus conflictos y conclusiones, a excepción de la isla que aún sufre las consecuencias del bloqueo total a su economía.

John Bolton y Wilbur Ross, secretario de Comercio estadounidense, en la Conferencia Internacional de Lima (Foto: Martín Mejía / AP)

Contra Irán, Siria, Irak también se han efectuado embargos similares, y no digamos el resto de países que se han visto incendiados por la guerra con Estados Unidos y sus aliados en las últimas décadas.

No debe haber otro fin para Washington, luego de implementar acciones económicas de ese calibre con sus rivales declarados, que no sea la guerra o el golpe. Su voluntad expresa.

Por ello el espacio por excelencia en la pugna para que ocurra o no el plan estadounidense es el internacional. La geopolítica, asimismo la geoeconomía, toman expresión concreta en estos escenarios económico-financieros; los actores involucrados recientemente son Venezuela y sus aliados euroasiáticos China y Rusia, como se notó en la llamada Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela.

Grupo de Lima en acción

Lima fue el escenario de reunión entre cancilleres, representantes diplomáticos y otros operadores involucrados en el cambio de régimen en Venezuela. El anfitrión peruano, canciller Néstor Popolizio, dio las conclusiones del encuentro que reunió a unos 50 países, los mismos que Estados Unidos presionó para reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.

Popolizio dijo que ellos esperan que el bloqueo estadounidense “permita más pronto que tarde la salida” de Nicolás Maduro del poder.

“Todos los países hemos escuchado las medidas que tomó Estados Unidos anoche (lunes). Las han planteado en la reunión y lo que hemos hecho es tomar nota de ellas, porque sabemos que van a tener un impacto real dentro del régimen de Maduro y esperamos que permitan más pronto que tarde la salida de ese régimen”, declaró el canciller peruano a la prensa.

Básicamente, la denominada Conferencia Internacional sirvió como operación de blanqueamiento de las medidas coercitivas de Washington, con John Bolton, el asesor de Seguridad Nacional de Trump, en escena asegurando que los dictados se lleven a cabo junto con el secretario de Comercio, Wilbur Ross.

Para impedir una reacción de rechazo como ha ocurrido durante décadas con el bloqueo cubano, Popolizio aseguró que el embargo “no es contra el pueblo de Venezuela” como lo hace Estados Unidos y sus satélites, aupando de esta manera una narrativa contraria a la realidad en un escenario internacional pensado para concretar un golpe de Estado.

Con el esfuerzo de incorporar a una misma agenda a decenas de países, se une la posibilidad de que ese bloque expanda las medidas contra Venezuela como parte de la adhesión a la política exterior estadounidense.

En este punto de persecución económica y financiera es que se nota la importancia del Grupo de Lima, en tanto funcione como plataforma capaz de orientar el cuadro de agresión hacia el aislamiento producido por Estados Unidos.

En vista de que no todos los presidentes y cancilleres consideraron la “opción militar” como una legítima para deponer al gobierno de Nicolás Maduro, sí parece una vía de su agrado la extorsión y ahogo económico, financiero y comercial. No importa si millones se ven afectados por eso.

La presión de Bolton

El Asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, figura clave en el endurecimiento de la agresión estadounidense, habló para sus comensales en Perú en torno al embargo declarado.


En efecto, Bolton dejó claro que la nueva orden ejecutiva de la Casa Blanca “autoriza al gobierno estadounidense a identificar y convertir en blanco de sanciones a personas que sigan brindando apoyo al ilegítimo régimen de Nicolás Maduro”.

Con un discurso de relaciones públicas internacionales, se enfocó en China y Rusia, a quienes “les decimos que el apoyo que brindan al régimen de Maduro es intolerable, en particular para el régimen democrático que reemplazará a Maduro. A Rusia, y sobre todo a quienes que controlan sus finanzas, les volvemos a decir lo siguiente: ‘No redoblen una apuesta equivocada'”.

Con ello quiere decir que las nuevas medidas de bloqueo y embargo intentan presionar (algunos lo llamarían chantaje) el cuadro geopolítico y geoeconómico que permite a Venezuela seguir con normalidad sus relaciones internacionales con potencias como China y Rusia.

Siendo estos dos actores euroasiáticos los principales aliados del país, que mantienen un estatus de diplomacia, economía en alza y tecnología militar de punta, el mensaje es claro: dejen de apoyar a Venezuela o escalaremos la guerra multiforme entre los dos bloques sin remedio.

Son estas las intenciones de John Bolton, quien hizo fama de guerrerista desde la Administración Bush hijo, pero ¿son las del presidente Trump?

El rechazo de la Unión Europea

“En lo que se refiere a las medidas de Estados Unidos, no hacemos comentarios al respecto. Pero, en general, nuestra posición es bien conocida y consiste en que nos oponemos a la aplicación extraterritorial de medidas unilaterales”, dijo un portavoz de la Comisión Europea sobre el embargo declarado contra Venezuela.

De esta forma se une una nueva voz contraria a las agresiones asesinas de Washington, esta vez de un actor que suele acompañar a Estados Unidos en sus incursiones imperiales.

De hecho, la Unión Europea (UE) subrayó que las sanciones no deberían afectar a la situación económica del pueblo venezolano y sólo al gobierno de Maduro. Enunciado imposible de sostener debido a que desde 2017, cuando Trump firmó la orden ejecutiva contra PDVSA y los activos estatales en el exterior, las medidas de la Casa Blanca afectan directamente a la población, como demostró un estudio del estadounidense Centro de Investigación Política y Económica.

Eso se conecta con la afirmación de que la UE, por su parte, podría tomar restricciones individuales adicionales contra varios venezolanos, o revisar estas sanciones, dependiendo del progreso de diálogo en Barbados, dinamitado de antemano por Washington. 

Aunque las últimas consideraciones parecen más bien hipócritas, la UE acompaña el comunicado de la ALBA-TCP en solidaridad con Venezuela.

Probablemente el bloqueo total a la economía venezolana sea rechazado por la mayoría mundial, sin embargo, como ha hecho en los últimos 60 años, al gobierno estadounidense no le importará la animadversión expresada por los actores geopolíticos contrahegemónicos mientras tenga entre ceja y ceja el cambio de régimen en Venezuela.

Mientras tanto, el Comando Sur

Los rusos y los chinos se mostraban satisfechos por lo que ocurría con el diálogo en Noruega y luego Barbados entre el gobierno venezolano y el antichavismo, que se suponía impondrían acuerdos electorales, políticos y económicos, sin embargo el embargo de Trump dio sin efecto cualquier negociación y Rusia llamó a levantar el bloqueo.

Por otro lado, mientras sucedía el anuncio de la Casa Blanca y se daba la puesta en escena de la Conferencia Internacional para el Cambio de Régimen en Venezuela (como realmente debería llamarse), el Comando Sur coordinaba sus esfuerzos por “contrarrestar grupos armados ilícitos” en Colombia junto con el ejército local.

Los “problemas securitarios” de que habla el Comando Sur se refieren a las facciones de las FARC-EP que no se subordinaron a los acuerdos de paz y al ELN colombiano, actores relacionados por el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS, por sus siglas en inglés) de manera forzosa con el gobierno de Nicolás Maduro.

Ambas agrupaciones son consideradas terroristas por el Estado colombiano y Estados Unidos, tal como lo propone el CSIS con respecto a la Administración Maduro.

En relación a esto, el presidente Iván Duque afirmó recientemente y de manera hipócrita que “Venezuela es santuario para terroristas y narcotraficantes”, en una nueva afrenta declarativa.

Asimismo, los esfuerzos del Comando Sur por espiar los sistemas militares venezolanos se han intensificado en las últimas semanas con incursiones aéreas ilegales e incluso a través de la guerra cibernética dan un vuelco sospechoso a la visita personal del almirante Craig Faller al ejército colombiano.

Lo que no resulta sorprendente es que el Comando Sur continúe con sus acciones de espionaje y guerra no convencional contra la FANB y las infraestructuras venezolanas, en vista de que la geopolítica en este caso está dando el tono del conflicto en el país de manera irremediable.

Todo se traza en un tablero donde lo militar (incluida la guerra irregular), el asalto y aislamiento económico a un país y lo geopolítico se entrecruzan como armas no convencionales para destruir la mesa de diálogo, a la que el chavismo ha decidido no asistir debido a las agresiones en curso contra la nación venezolana. Es lo que está sucediendo, teniendo en cuenta que era un reservorio para la solución política a lo interno del conflicto venezolano.

 Misión Verdad, 7 de agosto de 2019

Editado por Maria Piedad Ossaba