Matemática imperial
Israel x Trump = acabar con la cuestión palestina

 Ofensiva mundial de la extrema derecha liberal

Hasta el menos avezado en política internacional advierte el endurecimiento de EE.UU. y en general del eje geopolítico planetario que pasa por EE.UU., el Reino Unido (cada vez más entre paréntesis) e Israel.

Mi impresión es que los palestinos han iniciado la esforzada Marcha del Retorno (desde 30 mar 2018) como respuesta a la política que el tándem Trump-Netanyahu ha decidido llevar adelante y que es, sencilla y brutalmente, “la solución final” a la cuestión palestina. Bajo el ominoso nombre de “Plan de Paz” que, al desconocer toda especificidad palestina, se lo debe llamar Plan de Paz de los cementerios. Porque se trata de un plan para borrar la cuestión palestina. Para Netanyahu-Trump, no hay palestinos. Como en “los primeros tiempos”, con Israel flamante, su canciller Golda Meir sostenía con desenfado y desprecio: “los palestinos no existen”, y por lo tanto no corresponde ningún reclamo al respecto; ni de tierras, ni de territorios, ni de soberanía, ni de rendición de cuentas, de nada.

Lo que empezó con pequeñas usurpaciones legales (mediante compras comerciales, a precios tentadores, a propietarios turcos latifundistas ausentes) a fines del siglo XIX; siguió diezmando la rebelión de Palestina en 1936, cuando ya sectores considerables de su población advirtieron el proceso de implantación y usurpación crecientes, ante el que se levantaron en una suerte de huelga insurreccional, que le costó a la sociedad palestina miles de ejecutados, y poco después, el sionismo, valiéndose del triunfo de Los Aliados en 1945, generando “hechos en el terreno”, que la ONU jamás fue capaz de desandar, porque tras la feroz represión nazi generalizada a judíos, sobre todo con la II Guerra Mundial, los sionistas en particular ‒y los judíos en general‒ obtuvieron una suerte de salvoconducto moral que los puso a salvo de cualquier crítica.

Pero el victimismo que prosperó en la posguerra ha ido trasmutando, con el tiempo, en algo cada vez más prepotente y menos democrático.

La brutalización

Veamos al azar, apenas unos episodios “termómetro”:

Mujeres judías y árabes se juntan en una plaza de Tel Aviv (“Mujeres de negro”) para reclamar algunos derechos (mínimos) y contra la política agresiva israelí. La extrema derecha hace contramanifestaciones, con varones, que no sólo vocean en contra sino que las prepotean, las empujan…

Los israelíes que matan, mediante incendio, por ejemplo, a población palestina han sido festejados, sobre todo desde las colonias que agrupan a los más cobardemente violentos, y tolerados ‒¿pasividad, impotencia?‒ por el resto de la población judía israelí. Cuando en la ciudad de Lod se hizo el año pasado el juicio contra colonos que perpetraron la muerte de casi toda una familia palestina (padres y bebe de 18 meses quemados vivos en la vivienda de madrugada; el primogénito, 4 años, sobrevivió con grandes daños en su cuerpo y secuelas de por vida), se cambió la carátula inicial de asesinato por el de incendio provocado. Las tres muertes resultantes y el herido de por vida pasaron a un segundo plano; el que realizó materialmente el incendio, aunque dentro de un grupo antiárabe (jurídicamente cómplices), recibió así una condena que podrá cumplir con arresto domiciliario.[1] A mi modo de ver lo más espeluznante es la actitud ante las víctimas: los que acompañaban al incendiario asesino tarareaban; “Todos quemados y no está Alí, ¿dónde está Alí?; Alí no está, Alí quedó a la parrilla.” Alí era el pequeñín de la pareja, quemado vivo..

Saña, sádica, abusiva, burlona, una pervertida forma de chutzpah.[2]

La tripulación turca que no aceptó de buen grado el abordaje a su barco de auxilio a Gaza: sin armas de fuego ni cuchillos, resistieron con algún palo el abordaje ilegal en alta mar desde barcos piratas israelíes: los comandos “de Defensa” israelí ametrallaron y mataron así, en el copamiento, alrededor de una decena de tripulantes. [3]

Veamos algunas declaraciones que entiendo abonan esta atrocidad que ha ido creciendo junto con la brutalización y el despojo, fríamente calculado, de la ocupación israelí.

A los “ocupacionistas” les gusta llevar adelante una comparación/identificación: en Israel se estima muy apropiada la “solución” de las Indian Reservations,[4] el modelo madeinUSA.

Inevitablemente, la base del plan Trump-Netanyahu es la mentira y el escamoteo. El embajador de EE.UU. en Israel, David Friedman, un modélico anarcocapitalista, según sus propias palabras, declaró con total descaro que: “Israel ocupa apenas el 2% de Cisjordania”.[5] En Cisjordania, la región más grande de la Palestina histórica que hasta 1967 no estaba dentro del mapa israelí, asiento de una población palestina de aproximadamente dos millones y medio de habitantes y lugar de las principales ciudades palestinas (Ramallah, Tulkarem, Qualquilia, Nablus, Jericó, Belén, Hebrón) fue “descuartizada” por los vergonzantes Acuerdos de Oslo (1993) en tres niveles de gobierno (administración militar israelí, administración compartida y administración palestina). 2% es más bien lo que los “acuerdos” de Oslo dejaron a los inermes palestinos y una enorme parte de ese territorio quedó bajo la administración militar israelí, con las consecuencias fáciles de prever en 1993 y visibles en 2019: los colonos se han ido adueñando de las mejores tierras, las alturas y las vías de comunicación, manejando política y militarmente la inmensa mayoría del territorio cisjordano. Hablar de 2%, cuando está hablando de más del 90% nos muestra su total desprecio por la realidad, por la verdad.

Con el período de Friedman embajador coincide el incremento de las colonias israelíes en territorio palestino, ¡qué casualidad!

El triunvirato designado por Donald Trump; Jason Greenblatt, el mencionado Friedman y el yerno, Jared Kushner, jaranean con la cuestión y con ellos el escarnio ha tomado vuelo.

Sam Kerson, 2008

Chutzpah en ristre

Por ejemplo, Greenblatt, procura echar culpas a Hamas, la organización armada musulmana palestina con mayor apoyo en la Franja de Gaza. Ha dicho: “Hamas ha dejado a Gaza en ruinas.” Una perversa versión del origen de los escombros en Gaza. Giraldi, luego de la cita, aclara que Greenblatt prosigue con una bastante certera descripción del lamentable estado de la Franja: “La vida en la Franja es ardua, triste y anormal. Sólo edificios con generador propio mantienen electricidad. La falta de corriente afecta todo, como preservar comidas o hacer el tratamiento de los desechos. […] Las estanterías de los grandes comercios están vacías. La costa, que en muchos otros lugares del Mediterráneo suelen ofrecer balnearios, está en Gaza cubierta con desechos cloacales e industriales sin tratamiento alguno y con los escombros de múltiples guerras […].”

Y como bien destaca Giraldi, la desfachatez de Greenblatt estriba en que llega a atribuir este estado de situación de la FdG a Hamas, negando de hecho el papel que ha tenido el intento de ocupación israelí. La resistencia lo ha pagado con el desesperante estado actual de la FdG. En 2005, quien iba a ser al año siguiente el Carnicero de Sabra y Shatila, Ariel Sharon, entonces premier, dispuso abandonar el territorio pero para devastarlo. Algo que hicieron de inmediato los colonos convirtiendo en escombro todas sus costosas y lujosas instalaciones y abandonando los escombros en el terreno, y en la primera noche tras la evacuación, ensordeciendo a todos los habitantes con vuelos rasantes imitando bombardeos y rompiendo la barrera del sonido, que se tradujo en una epidemia de enuresis infantil. Y los desechos industriales y cloacales que señala Greenblatt son, sobre todo, los que echan “camino al mar” los israelíes que están tierra adentro de la Franja. Se cuidan por cierto de tratarlos porque cumplen otra misión: martirizar la vida de palestinos.[6]

Con buen olfato Marwan Bishara,[7] periodista de Al Jazira, considera que los tres emisarios del poder imperial occidental, el triunvirato citado, con “una chutzpah inigualable”, se han dedicado a denostar a referentes palestinos, pretendiéndose, claro, superiores.

Bishara asocia, con buen tino, tales argumentaciones, con The Israel Project`s 2009, una significativa edición “ideológica” diseñada por comunicólogos sionistas y que apareció de modo sintomático, inmediatamente después de la atroz embestida por aire, mar y tierra con el calificativo de “Plomo fundido” ‒una designación oficial que es un sincericidio‒, que Israel llevó a cabo a partir de diciembre de 2008 contra la FdG y su aprisionada población.

Se trata de una elaboración de cientos de páginas (si sumamos a la edición principal, algunas otras complementarias) de las cuales tomaremos aquí apenas algunos ejemplos.

El capítulo 1 establece “25 reglas para una comunicación efectiva”. Y el primer punto de este primer capítulo establece: “A los convencibles no les importa cuánto sabes hasta que se dan cuenta cuánto te importa. ¡Mostrá empatía para AMBOS lados!”

En una frasecita, ya lo dice todo: no se trata de si te importa o no; se trata de que muestres que te importa (te importe o no).

Este penoso ejemplo resume todo The Israel Project’s 2009 (en adelante TIP) que viene a ser, en términos literarios o ideológicos, sobre el papel, lo que fue la descarga de plomo, fundido o no, sobre la población gazatí y su maltrecho territorio ese mismísimo año.

Cientos de muertos, miles de heridos. En una población de algo más de un millón y medio de habitantes. Del 27 diciembre al 17 de enero. El Centro Palestino para los Derechos Humanos, en su informe sobre la operación registra 1417 palestinos asesinados durante el conflicto. De ellos 926 habrían sido civiles (313 niños y 116 mujeres); 255, oficiales de la policía civil de Gaza y los 236 muertos restantes, milicianos de las Brigadas Ezzeldin Al-Qassam, Yihad Islámica y otros grupos armados palestinos.

Ponderemos estas cifras pensando en población uruguaya: tendríamos casi tres mil muertos y unos once mil heridos. Y si lo hiciéramos con población argentina, este ataque durante 3 semanas arrojaría un equivalente de algo más de 38 mil muertos y unos 146 mil heridos… Las cifras de víctimas de las últimas dictaduras en estos dos países (de 7 años en Argentina y 12 años en Uruguay) ni con las estimaciones más subidas, se aproximan al infierno concentrado en apenas 3 semanas palestinas.

Esta brutalidad del ataque, que se caracterizó por producir heridas con fósforo blanco o con tungsteno (imposibles de cauterizar o limitar ni siquiera quirúrgicamente; las bolitas de tungsteno, cancerígenas, se esparcen por los tejidos y son miles); ataques y bombardeos dedicados a inutilizar las instalaciones de potabilización de agua, de generación eléctrica, sanitarias y en general sobre viviendas, escuelas y hasta hospitales; inutilizar puerto y aeropuerto del pequeño territorio, estrangulado con un sitio que para entonces ya llevaba más de dos años (y que hoy lleva más de doce), necesitaba una coartada, un descargo ideológico.

Allí hizo su entrada en la escena cibernética, en las app, en los portales, en la multitud de correos y celulares particulares, los trolls, el TIP.

El primer paso para ganar confianza y amigos para Israel es mostrar que te importa la paz tanto para israelíes como para palestinos y, en particular, que alientas un futuro mejor para cada niño.”

Afirmar esto a semanas de haber aniquilado a centenares de niños y estropeado la vida de otros varios miles, resulta francamente indigerible y nos revela el grado de manipulación mental que este “diccionario” de “buenas intenciones” encarna.

Use la empatía. Hasta las cuestiones más arduas pueden sortearse si te apresuras a aceptar la idea de que la otra parte tiene al menos alguna validez. Si empiezas de respuesta declarando “Entiendo y simpatizo con aquellos que…” “ya estás construyendo la credibilidad que vas a necesitar para tu audiencia.”

Al contrario, si el núcleo de tus planteos es un coro de dedos en alto puntualizando que Israel tiene razón y los demás están equivocados, entonces vas a perder más apoyo del que vas a obtener. Alguna gente que apoya Israel puede decir: ‘es hora de marcharse’, pero gente que no apoyaba antes a Israel, entonces se alejarán definitivamente.

El quid del asunto es que cuanto más draconiana son las medidas de despojo, cuanto más se lleve por delante los derechos de seres humanos palestinos (porque los palestinos, pese al sentir del sionismo militante y de ciertos mensajes bíblicos, son humanos), más deben envolver esta política racista, supremacista, en envoltorios de empatía, comprensión y palabras que funcionen (o rindan: “WORDS THAT WORK”). Y más por el estilo (“MORE WORDS THAT WORK”). Los diversos capítulos del peculiar diccionario de argumentaciones suelen rematarse con tales “palabras que funcionan”.

Estos lavadores de conciencia nos dicen, mejor dicho les dicen a sus acólitos: “El modo más efectivo de obtener apoyo para Israel es hablar de que ‘estamos trabajando por una paz duradera’, que ‘respete los derechos de todos en la región’. Fíjese bien que no haya mención ni de Israel ni de los palestinos.”

E insisten para desprolijos: ”Y no hay ninguna justificación, bajo ningún aspecto para la matanza deliberada de inocentes, mujeres y niños. NUNCA.

En el numeral siguiente advierte al seguidor o futuro troll: “No pretenda que Israel no tiene errores o no comete faltas. No es verdad y nadie lo creería.”

Hay que reconocerle al menos lucidez y sinceridad: “Pretender que Israel no comete errores no resulta creíble. Únicamente hará que sus preguntantes cuestionen todo lo que usted afirme. Admitir que Israel hace y continúa haciendo errores no cuestiona la justicia final de los objetivos israelíes: paz y seguridad y mejor calidad de vida para las dos partes.” Aquí, al final, sustituyeron la lucidez por la demagogia.

Use la humildad”. Se agradece la franqueza de este argumentario: use la humildad, que no significa, por cierto, que hay que ser humildes. Apenas blandirla.

A continuación de tan “sabio” consejo nos dice TIP: “Sé que tratando de defender niños y ciudadanos de los terroristas, Israel ha lastimado accidentalmente alguna gente inocente. Lo sé y me entristece.

La magnitud de los ataques israelíes a los palestinos dice crudamente otra cosa.

La apropiación del territorio palestino en 1948 no significó solo la expulsión y el despojo a unos 700 mil u 800 mil palestinos; también hubo miles de muertos, dato jamás relevado porque no fue revelado en su momento, lo mismo que violaciones. El ataque a la Franja de Gaza que antecede este argumentario para trolls dejó el tendal que ya hemos reseñado. Pero poco antes, en 2006, los israelíes habían incursionado en la FdG y matado a medio millar de seres humanos. Un operativo para rescatar, se dijo, a un soldado prisionero (que fue finalmente liberado, sin un rasguño, por los palestinos; Gilad Shalit). Mi impresión es que la suerte de Shalit fue una “magnífica” excusa para asesinar palestinos, incluso como algún soldado poco ducho en demografía ha dicho, ‘para ir reduciendo la población palestina’.

¿Eso es ‘lastimar accidentalmente alguna gente inocente’? ¿O perversión de lenguaje?

El libelo ingresa a los razonamientos por analogía, que ya sabemos son más manipuladores que certeros. Nos pregunta: “Si EE.UU. hubiera renunciado a tierra por paz y ese territorio fuera usado para despegar desde allí cohetes contra EE.UU., ¿qué haría EE.UU.?”

La desfachatez y la desfiguración histórica en la pregunta son llamativas. ¿Es, ha sido alguna vez, israelí la Franja de Gaza? En rigor, ha sido ocupada militarmente por Israel en 1967 como el resto del territorio palestino que no había sido ocupado por el sionismo en 1948, pero el planteo de los despojados palestinos ha sido no aceptar semejante despojo.

 ¡Abajo la ocupación!, Marc Rudin, 1990

Colonización anacrónica, por brutal… y por colonial

El sionismo con Trump como su mascarón de proa está procurando acabar la construcción de un estado por asentamientos al estilo de EE.UU., Australia, Nueva Zelandia y otros, en una época, la segunda mitad del siglo XX y nuestro presente, donde el colonialismo ha perdido toda su pretendido lustre racista y su famosa “carga del hombre blanco” (que venía a resolverle cómo hacer una sociedad a “los primitivos”).

Para seguir en semejante intento, sus personeros no tienen más remedio que falsificar la realidad, hacer escarnio de la verdad, promover el discurso irreal. Funcionarios yanquis, por ejemplo, ya no nombran a las colonias sionistas como colonias. Ni a los colonos como tales. Pero el escamoteo semántico tiene patas cortas.

El modelo USA con su “solución india” es increíblemente falaz para la realidad palestino-israelí. Dijimos que ‒por cierto que con matanzas mediante‒ la población aborigen ahora en EE.UU. ronda el medio millón de habitantes (más aproximadamente un millón en Alaska). No llega ni al 0,5 % de la población general de EE.UU. En Palestina/Israel, grosso modo se puede hablar de dos poblaciones equivalentes, 5, 7 u 8 millones de judíos y otros tantos palestinos no judíos. El símil es insostenible.

La cruda realidad del momento es que la derecha radicalizada está con mucho “viento en la camiseta”. Europa se está enderechando a un ritmo crecientemente acelerado, la bizquera es tanta como para seguir considerando a Alexis Tsipras “de izquierda” siendo amigo de Israel, y como un contagio liberticida se suman países que entienden delito toda crítica a Israel (caso Francia y Alemania) con lo cual, adiós a cualquier democracia; China empieza a participar del festín imperial (solo que llega un poco tarde, con las porciones de la torta planetaria ya bastante carcomidas…). En la América no sajona también los vientos de la derecha (ilustrada, como la de Mario Vargas Llosa; gerencial, como la de Mauricio Macri, o francamente militarista y fascista, como la de Jair Bolsonaro) parecen propicios para los afianzamientos de un Israel con mandato divino.[8]

Es triste comprobar que la resistencia a la ocupación que supieron encarnar tantos judíos israelíes, como con Paz Ahora, Mujeres de negro e incluso grupos radicales como Anarquistas contra el Muro o el Comité Israelí contra el Derribo de Viviendas Palestinas, han palidecido políticamente hasta apenas vérselos en el desierto ideológico israelí.

Israel cuenta a su favor el desgaste de palestinos que llevaron adelante violencia contra violencia para vencer al sionismo, que han sido derrotados y peor aun, “recuperados” mediante el invento de una Autoridad Nacional Palestina al servicio de Israel.

Quedan apenas algunos escollos. Como la creciente decepción de tantos jóvenes judíos estadounidenses, adoctrinados en el culto al Holocausto y a su presunta creatura, Israel, que van descubriendo con sus visitas a “La Tierra Prometida” que no todo era como le contaron, que en rigor casi nada es así… Y el otro gran escollo es la increíble fortaleza, tesón, entereza de los palestinos que ha arrancado del deslumbrado médico noruego Mads Gilbert esa frase siempre tan riesgosa: “Los palestinos son probablemente el pueblo más fuerte del mundo”.[9] Gilbert ha trabajado varias veces en los hospitales de campaña, primero en El Líbano y luego en la Franja de Gaza. Conoce mucho del dolor y la desesperación humana… y palestina.

Notas

[1] Philip Giraldi, “Feeding the Monster”, https://www.unz.com/pgiraldi/feeding-the-monster, 3 jul. 2018.

[2]   El término, del yiddish, alude al desparpajo, a la hispana “frescura”, con la cual judíos pueden burlarse. A medida que el poder de la comunidad judía en el mundo ha ido afianzándose, con eje en Israel, ha habido una metamorfosis semántica, por la cual se la traduce cada vez más como “temple”.

[3] Véase mi “Palabras insultantes contra hechos incontrastables”, www.rebelion.org, 1 jul. 2010.

[4] Pasando por alto, claro, las matanzas de nativoamericanos que los europeos instalándose en El Nuevo Mundo hicieron… Se estima que al día de hoy los indios norteamericanos andan por el medio millón en una población de EE.UU. de 300 millones. Ya volveremos con esta relación, para abordar el plan de “indianizar” a los palestinos…

[5] The Guardian, Londres, “Israel only occupies 2% of West Bank, says US ambassador”, 28 set. 2017.

[6] Las citas de Greenblatt están recogidas de Philip Giraldi, https://www.unz.com/pgiraldi/blame-palestinians-for-gaza/, 30 abr 2019.

[7]   “La lógica detrás de la humillación estadounidense a Palestina”, Al Yazira, traducido y publicado en Rebelión, 2 mayo 2019.

[8] Se acaba de producir un episodio en Argentina, con el embajador macrista en Haití, Pedro von Eyken, que saludó al Ejército argentino recordando su propia prosapia, hijo de un oficial del Ejército alemán durante la IIGM, ante lo cual dos colegas, Natalio M. Jamer y Carlos Cherniak, salieron públicamente a increparlo invocando los seis millones de judíos matados por el nazismo. Von Eyken se limitó a recordar la diferencia entre lo alemán y lo nazi. El afán de asimilar lo nazi y lo alemán prolonga “la culpa” y las indemnizaciones… Alemania es el más fiel aliado europeo de Israel.

[9] Arbetaren Zenit, no 21, Estocolmo,22 may 2009. Traducción: futuros, no. 13, Río de la Plata, verano 2010.

http://tlaxcala-int.org/upload/gal_20411.jpgMarc Rudin, 1972

Luis Ernesto Sabini Fernández

Fuente: Tlaxcala, 6 de mayo de 2019