¿Una nueva Europa?

¿Y si por una vez el resultado de unas elecciones europeas nos dice algo sobre el futuro del continente?

Los titulares del día en toda Europa continental destacan cuatro «hechos significativos» que abren puertas a nuevos equilibrios imperialistas en el continente. No todas las puertas abiertas serán necesariamente cruzadas, pero…¿Y si por una vez el resultado de unas elecciones europeas nos dice algo sobre el futuro del continente?

Resultado de las elecciones europeas en Francia

1 Marine Le Pen supera a Macron… por los pelos. Y Salvini se consagra, relegando M5S al papel de comparsa y convirtiendo a la Lega en el primer partido en el Norte y en el Sur.
2 Los Verdes ganan el segundo lugar en Alemania y el tercero en Francia empujados por la insufrible presión mediática de la «Cruzada de los niños» organizada por el propio estado. El SPD pasa a boxes, haciendo inviable la «gran coalición» en sus términos actuales y confirmando la estrategia franco-alemana de convertir el ecologismo en la bandera ideológica del imperialismo europeo.
3 El «Brexit Party» de Farage gana las europeas en Gran Bretaña, dando la puntilla a un partido conservador descabezado y dividido que se ha visto partido en dos por la alternativa de orientación imperialista que se dirimía bajo el Brexit. En pocas palabras: la fracción pro-EEUU y anti-UE de la burguesía británica sale reforzada con el triunfo de Farage -que casi triplica los votos de los tories- mostrando que ni el partido conservador ni el laborista saldrán indemnes si es orillada, porque puede capitalizar la revuelta pequeñoburguesa local y usarla de ariete contra el aparato político.
4 Syriza perdió las elecciones en Grecia y Tsipras convocó inmediatamente elecciones abriendo un pequeño terremoto político. No es la única estrella de la década en verse eclipsada. La expresión izquierdista de la revuelta pequeñoburguesa paneuropea, de la «Francia Insumisa» de Mélenchon a Podemos en España, está agotada.
Lo que importa

Los «limpiadores»

En términos generales los resultados reflejan que la burguesía europea sigue lidiando con sus propias fracturas internas -bien azuzadas por EEUU-, la renovación de su aparato político y la presión de una pequeña burguesía en revuelta. Revuelta que, finalmente, parece haber olvidado veleidades izquierdistas (Podemos, Mélenchon, Tsipras…) y tomado el camino de un nacionalismo populista (Farage), autoritario (Orban, Le Pen) e incluso «socializante» en la tradición fascista -izquierdismo y revolucionarismo pequeñoburgués- con Salvini.

Pero hay algo más, una noticia que parece sumergida entre la obsesión de los datos electorales: Fiat propondrá una fusión a Renault que competiría mano a mano con los fabricantes alemanes y superaría a General Motors… a costa, seguramente, de una ruptura con Nissan que seguramente se llevara por delante a Mitsubishi también. Ahora se entiende la epopeya y persecución de Carlos Ghosn, presidente estrella de Nissan y arquitecto tras el escenario de la jugada en el lado francés.

Farage tras conocer que casi triplicó en votos al partido conservador.

Es decir, hay movimientos y tendencias en el capital no ya solo en Italia, sino, lo que es mucho más importante, en Francia, que frustrados por la actitud del imperialismo alemán y alertados por la presión de China, apuestan y presionan por construir un nuevo eje europeo París-Roma que separaría la Europa mediterránea de Berlín… y tendría opciones para desplazarla en el Mediterráneo y América del Sur. Estas fuerzas salen reforzadas después de la «gran noche» de Le Pen… aunque no necesariamente apuesten por ella.

Mapa de resultados electorales en las europeas. ¿Un adelanto de bloques internos para la UE?

Se abre una puerta. Varias de hecho: Brexit a la brava y una asociación «más estrecha» con EEUU para Gran Bretaña, la consolidación del ecologismo como la nueva socialdemocracia «para exportar» y bandera imperial europea, la afirmación de un nuevo eje imperialista intra-europeo entre París y Roma… No todas serán cruzadas y ninguna lo será, seguramente, limpiamente.

Un detalle a destacar es que la revuelta pequeño-burguesa europea, que hace solo dos años tenía en jaque a todo el aparato institucional (del Brexit a la independencia escocesa y catalana) está ya plenamente integrada en las batallas y los frentes internos de la burguesía de cada país. Como no podía ser de otra manera en una clase que no tiene alternativas históricas, se han convertido en fuerzas subalternas, en peones ruidosos de un juego mayor que les sigue siendo ajeno.

Nuevo Curso

Tlaxcala La Pluma, 27 de mayo de 2019

Traducciones disponibles: Português/Galego 

Fuente: Nuevo Curso