Mohamed VI: la constante erosión de la imagen del rey de Marruecos

En las movilizaciones populares “hay un cambio de tono ante el monarca”, constataba en octubre el periodista independiente Reda Zaireg en el diario digital ‘Yabiladi’. “(…) La crítica es ahora más directa y adquiere proporciones inéditas, lo que constituye un rechazo del Estado y de sus símbolos”, añadía. Concluía con un pronóstico arriesgado: “La monarquía ya no aparenta ser inexpugnable”.

Mohamed VI recorta sus viajes al extranjero, pero los comentarios de un célebre actor sobre su vida privada o su reloj de más de un millón de euros siguen dañando su reputación

 

Foto: Mohamed VI. (Getty)

Mohamed VI. (Getty)

Sentado entre su hijo, el príncipe Moulay Hassan, y Melania Trump, el rey Mohamed VI (55 años) se durmió en tres ocasiones el 11 de noviembre mientras el presidente francés Emmanuel Macron pronunciaba su discurso con motivo del centenario del final de la Primera Guerra Mundial. Las cámaras recogieron ese momento y las imágenes del monarca en brazos de Morfeo, fulminado con la mirada por el presidente Donald Trump, dieron la vuelta al mundo. Cientos de medios de comunicación, desde la cadena de televisión estadounidense Fox News hasta el diario ‘El Comercio’ de Perú, las reprodujeron en su web.

La prensa marroquí omitió, en cambio, hacerse eco de la breve siesta real que sí suscitó miles de comentarios en las redes sociales, muchos de ellos de marroquíes. Los súbditos del monarca bromean, pero en los hogares de Casablanca o de Rabat también se preguntan inquietos sobre la causa de ese sueño inoportuno. ¿Pasó una mala noche? ¿Está enfermo, cansado? ¿Toma alguna medicación que se lo provoca? No hubo respuesta a estas preguntas, pero el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí difundió, para compensar el perjuicio, una foto en la que se veía a Trump saludar atentamente al soberano alauí.

Mohammed VI, en China. (Getty) Mohammed VI, en China. (Getty)

Cuando la Casa Real marroquí pensaba haber superado el tropiezo parisino ha surgido el siguiente infortunio para el monarca. De nuevo la prensa marroquí lo ignora, pero en Marruecos no se habla de otra cosa y el vídeo en el que se sustenta bate récords de audiencia. Bachir Skiredj, tangerino de 79 años, es uno de los actores más populares en Marruecos al que el propio rey Hassan II, el padre de Mohamed VI, encargó varias obras. Se ha codeado durante años con la familia real. Formado en Francia y en España, trabajó con los hermanos Tonetti, ha actuado en estos dos países europeos y en EEUU donde fue dueño de dos canales de televisión locales.

Improperios y cintas de vídeo

Tumbado en el sofá escarlata de su casa de Tánger, Skiredj apareció a mediados de mes en un vídeo respondiendo a las preguntas que le hacían sobre la vida privada de Mohamed VI. A juzgar por lo que cuenta del rey, podría infringir el código penal marroquí. El relato del actor está salpicado de insultos hacia el soberano

“Es un maricón”, dice en 6’50”, explicando que los hijos del rey no son sus hijos

El vídeo con sus improperios fue subido a YouTube y Facebook y desde entonces Skiredj no hace más que disculparse en cuanto ve un micrófono. “Las palabras que me han sido atribuidas son odiosas”, asegura. “Jamás a lo largo de la historia de Marruecos los Skiredj, fieles servidores de la familia real, se habrían atrevido a pronunciarlas”, añade. Él sí las pronunció pero porque fue drogado, explica, por dos jóvenes, Issam y Khalid, a los que ha denunciado y que habrían sido incluso detenidos en Tetuán. Un reducido puñado de medios de comunicación ha recogido las excusas que presenta el actor —la mayoría omiten el tema—, pero en ningún momento explican qué términos utilizó para ultrajar a Mohamed VI.

 Con el productor Red One. (Redes)

Con el productor Red One. (Redes)

¿Qué pretendían los que le grabaron?

Probablemente vengarse de las infames condiciones laborales que el actor les ofrecía para trabajar en un espectáculo. El que no va a poder volver a trabajar en Marruecos es, probablemente, el propio Skiredj, según se especula en los círculos periodísticos de Rabat y Casablanca. Para no dar pábulo a sus comentarios, el actor no irá a la cárcel, pero su carrera ha acabado antes de lo que él quisiera.El episodio de Skiredj se añade a otros anteriores que han erosionado la imagen de la monarquía.
La revista española ‘¡Hola!’ reveló en marzo que Mohamed VI se había divorciado de su esposa, la princesa Lalla Salma, a la que no se la ha visto en público desde hace casi un año. Aunque es legal, el divorcio de un jefe de Estado no está del todo bien visto en una sociedad musulmana conservadora como la marroquí. Quizás por eso la Casa Real nunca confirmó la noticia exclusiva de ‘¡Hola!’

A principios de septiembre, el rey apareció en una foto en la que exhibía en la muñeca, según reveló la cuenta de Instagram Luxury Life, un reloj Nautilus, del relojero suizo Patek Philippe, valorado en 1,2 millones de dólares (1,05 millones de euros) a causa de los diamantes que lleva incrustados. En esta ocasión, parte de la prensa sí recogió la noticia que llegó incluso hasta los vecinos de los míseros barrios chabolistas de Errigui y Eljadid en los suburbios de Casablanca. Por eso, cuando a finales de ese mes las fuerzas de seguridad quisieron desalojarles, se echaron a la calle y algunos manifestantes mostraron indignados su reloj ante la cámara precisando que habían pagado por él un precio irrisorio, menos de cinco euros.

En una imagen junto a Obama. (Getty)

En una imagen junto a Obama. (Getty)

En las movilizaciones populares “hay un cambio de tono ante el monarca”, constataba en octubre el periodista independiente Reda Zaireg en el diario digital ‘Yabiladi’. “(…) La crítica es ahora más directa y adquiere proporciones inéditas, lo que constituye un rechazo del Estado y de sus símbolos”, añadía. Concluía con un pronóstico arriesgado: “La monarquía ya no aparenta ser inexpugnable”.

Del like al dislike 

‘Alifpost’, un pequeño periódico digital dirigido a un público marroquí, pero cuya sede está en Granada, llegó incluso a exigir el mes pasado a la familia real alauí que “restituya parte de esa deuda que tiene contraída con el pueblo (…)”. “Esperamos de la monarquía que renuncie a una parte de sus riquezas en beneficio del pueblo marroquí”, subrayaba. “No se trata de que haga donaciones directas en las cuentas corrientes de los ciudadanos, sino que tome iniciativas concretas de las que saque provecho la nación, empezando por los jóvenes que se inmolan prendiéndose fuego o mueren ahogados en el Mediterráneo, que cruzan en busca de una vida mejor”. La fortuna del rey daría para mucho. La revista estadounidense ‘Forbes’ calcula que se eleva a unos 5.700 millones de dólares (5.017 millones de euros).

Las informaciones sobre el monarca, y no solo la del lujoso reloj, van con frecuencia acompañadas en los diarios de comentarios cuando menos poco respetuosos, entre los que se cuelan otros laudatorios escritos generalmente por una legión de internautas a sueldo de las autoridades. Incluso los discursos y actos de Mohamed VI colgados en YouTube obtienen ahora más dislikes que likes. Por eso, el ministro de Comunicación, Mohamed Laarej, difundió en septiembre un comunicado advirtiendo que “el director de la publicación está obligado a no difundir ningún contenido que constituya un crimen de cara a la ley (…)”.

Retrato de Mohamed VI. (Getty)

Retrato de Mohamed VI (Getty)

Pese a este reciente descrédito de la institución monárquica, muchos marroquíes siguen confiando en ella para resolver sus problemas cotidianos. Prueba de ello es que para entregarle una carta con sus peticiones hay ciudadanos que no dudan en abalanzarse sobre la comitiva real, obligándola a veces a detenerse para no atropellarles. El último juicio por este delito se celebró en Salé, a finales de septiembre, y el acusado fue condenado a nada menos que diez años de cárcel porque además se enfrentó con los policías que le detuvieron.

El rey ausente y otros titulares La buena reputación del Comendador de los Creyentes, otro título que ostenta Mohamed VI, se ha deteriorado no solo en su reino sino en Francia, el país que mantiene la relación más estrecha con Marruecos. Hasta ahora las autoridades marroquíes se quejaban con frecuencia de la prensa española a la que comparaban con la francesa, mucho “más responsable”, según ella. Las tornas han cambiado. “Mohamed VI, un rey muy ausente”, titulaba en primavera el diario católico parisino ‘La Croix’. “Marruecos: el rey Mohamed VI se divierte y eso se ve Instagram”, afirmaba en su portada el semanario ‘Le Nouvel Observateur’. Esos dos medios prestigiosos y unos cuantos más han narrado por fin largo y tendido sus prolongadas estancias vacacionales en el extranjero, sobre todo en Francia entre París y el castillo familiar de Betz.

 Junto al boxeador Gladiator. (Facebook)  Junto al boxeador Gladiator. (Facebook)

La que se lleva la palma en Francia de la información irreverente es, sin embargo, la emisora pública France-Inter, la que goza también de mayor audiencia sobre todo en su franja informativa de primera hora de la mañana, cuando alcanza los 3,8 millones de oyentes. En los últimos dos meses le ha dedicado a Mohamed VI tres crónicas humorísticas matutinas. En la primera, el opinador Anthony Bellanger le describía como “un rey virtual para sus sujetos” y añadía que “se había quedado prendado” de un boxeador de 32 años llamado Abu Azaitar. Un mes después, Charline Vanhoenacker concluía su columna radiofónica socarrona con la siguiente alusión a una supuesta afición del soberano por los locales de fiesta: “En resumen, el rey está desnudo, pero de pie sobre el bar de la discoteca”. El humorista Aymeric Lompret reproducía, por último, con mucha guasa la que pudo ser, el 15 de noviembre, la conversación entre el rey y Macron a bordo del tren de alta velocidad marroquí que inauguraron conjuntamente. Estas píldoras de humor son inimaginables en Radio Nacional de España, el equivalente español de France-Inter.

La prensa francesa está, sin embargo, algo desfasada cuando informa sobre Marruecos. Desde el verano, Mohamed VI ha recortado sus viajes al extranjero e incrementado su actividad en su reino en un claro intento de mejorar su imagen. Por culpa de peripecias como la del vídeo del actor Skiredj, quizás ese esfuerzo no ha surtido por ahora el efecto deseado.

Ignacio Cembrero

Fuente: Tlaxcala, 24 de noviembre de 2018

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