El Estado cloaca

Tenemos derecho a indignarnos pero no a sorprendernos. Cuando hablamos de las cloacas del Estado español estamos confirmando que el Estado español es una cloaca.

Generales golpistas, directores de la Policía procesados, condecorados torturadores, comisarios proxenetas, ultras convictos y confesos que asesoran a las fuerzas de seguridad del Estado, generales de la Guardia Civil condenados por secuestro y asesinato… Tejero, Billy el Niño, Villarejo, Rodríguez Galindo, Emilio Hellín… invitados a actos públicos, a impartir cursos de formación, a presentar tratados sobre ética, memorias en cal viva…

Audiencias de Orden Público, jueces prevaricadores, fiscales de paseo con menores, manadas que campan a sus anchas, tribunales venales, sentencias a la carta, ministros imputados por corrupción, sorprendidos de caza y sin licencia, presidentes del tribunal supremo de “semana caribeña” en Marbella, legionarios de Cristo, fiscales generales del Estado reprobados por el Congreso… Llarena, Lamela, Espejel, Carlos Dívar, Eloy Velasco, Manuel Maza, López Aguilar, Manuel Moix, Fernández Bermejo, Rafael Catalá, Ruiz-Gallardón, Michavilla, Cospedal…

Letrinas de comunicación con corresponsalías en las cloacas del Estado, correveidiles a sueldo de la Banca, contertulios que mienten, manipulan, distorsionan, ocultan… Cebrián, Ferreas, Inda, Losantos, Tertsch, Alfonso Rojo, Carlos Herrera, Sostres, Marhuenda, Merlos, Horcajo, Ana Pastor…

Empresarios ladrones que financian su impunidad, defraudadores de lujo que gobiernan sin pasar por las urnas, mercaderes mangantes, políticos corruptos, obispos pederastas, monarcas chorizos… Felipe, Botín, Amancio Ortega, Tomás Olivo, Rajoy, Felipe González, Rouco Varela, Juan Carlos, Costafreda…

Del presupuesto general del Estado se pagan todos los años 7 millones de euros a la guardia mora de Franco por los servicios prestados, y mientras los restos del dictador presiden el Valle de los Caídos por Dios y por España y sus herederos retienen millonarios bienes públicos, el Diccionario de la Real Academia de la Historia de España lo confirma: “Franco fue un general valeroso y católico que participó en un golpe de Estado contra un gobierno caótico.” Ochenta años más tarde el dictador sigue siendo caudillo y los golpistas aún dan nombre a calles y plazas, para que la historia se nos llene de ecuánimes dictadores de objetivos procedimientos que nos legaron equitativos cadáveres de neutrales responsos.

Tenemos derecho a indignarnos pero no a sorprendernos. Cuando hablamos de las cloacas del Estado español estamos confirmando que el Estado español es una cloaca.

(Euskal presoak-euskal herrira/Llibertat presos politics/Altsasukoak aske)

Koldo Campos Sagaseta Columna Cronopiando para La Pluma, 19 de octubre de 2018

Editado por María Piedad Ossaba

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